martes, 30 de noviembre de 2010

Si!




Sí por la libertad, Sí por la libertad de expresión, Sí por los buenos momentos, Sí por un diez en un examen, Sí por sacar buena nota sin estudiar, Sí por un profesor simpático, Sí por un enchufe con el profesor, Sí por encontrar el trabajo que quieres, Sí por ganar dinero, Sí por estar saludables, Sí por ser felices, Sí por un novio, Sí por saltar, Sí por gritar cuando quieras, Sí por romper los horarios, Sí por los insultos, Sí por tirar la tele por la ventana, Sí por las crestas verdes, Sí por los pircings, Sí por las amigas, Sí por la ropa hortera, Sí por reír, Sí por tontear, Sí por los animales, Sí por las plantas, Sí por las flores, Sí por poderes sobrehumanos, Sí por mí, Sí por nuestros hijos, Sí porque nos sale de los cojones, Sí por no decir no, Sí porque Sí. Y si a alguien no le gusta el sí... QUE SE JODA!!


Aqua!!

viernes, 26 de noviembre de 2010

Terminará pronto



No es un romance de película, no es el príncipe azul con el que todas las princesas sueñan. Y si pensamos en la actualidad, ese latir constante y el sentimiento atrayente hacia esa persona... no están.
¿Dónde está la gracia si no puedes gritarlo a los cuatro vientos? ¿Si no eres capaz de decirle a todo el mundo lo que sientes por la otra persona? Entonces esa magia que provoca delirios y punzadas de calidez en tu pecho no se convierte en otra cosa que cenizas de un sueño que jamás llegó a cumplirse.
Y no conforme, no contento con apuñalar el corazón e inundar el pecho de un ácido corrosivo, también tiene que clavarle mil agujas para que, en cada latido, vayan incrustándose más, hasta convertirse en un dolor inaguantable.
Pero lo soporta y lo aguanta, porque sabe que no es así realmente, puede llegar a convertirse en el príncipe que fue una vez. No os hablo de maltrato no, os hablo de una ignorancia y dejadez más dolorosa que cualquier puñetazo. Porque la cenicienta busca al príncipe pero él no le hace caso. Él no es de los que gritan su amor a los cuatro vientos, no es de los que dice al mundo lo que siente por ella, él es de esos mismos que apuñalan el corazón, los que queman los delirios de un amor caliente, los que atraviesan el corazón con mil agujas... Él es de los que no saben lo que tienen pero tampoco quiere perderlo, él es de los que piensan que todo va bien así, que la cenicienta ya comprende y acepta su comportamiento. Pero lo que el príncipe no sabe es que la cenicienta no esta dispuesta a entregarle a ninguna falsa princesa. La cenicienta no era tan tonta como el príncipe se creía, pero de esto solo se dio cuenta cuando la cenicienta le dejó plantado y ni las lágrimas ablandaron ese pobre corazón maltratado por agujas, puñales y ácido corrosivo.
La cenicienta se arrepintió pero se mordió la lengua, ahora le tocaba a ella ser el príncipe malo.

martes, 23 de noviembre de 2010

Bambi


“Mis padres están muertos, no tengo familia, no tengo a nadie, estoy sola, no vale la pena vivir, ¿por qué seguir viviendo así?”
Esos eran mis pensamientos hasta que te conocí, gran noche iluminada sin luna, tan solo salpicada por millones de estrellas. Te acercaste y me preguntaste qué era lo que me sucedía. Nunca olvidaré tu cabello castaño, tu sonrisa, tus extraños y atrayentes ojos plateados, pero sobretodo, nunca olvidaré tus palabras.
“Te voy a hacer un regalo, te regalaré la estrella mas brillante de cielo, aquella que brilla ya sea primavera, verano, otoño o invierno, en esa estrella están tus padres observándote así que no llores más y muestrales tu mejor sonrisa.”
Y, sorprendentemente, mis lágrimas dejaron paso a una radiante sonrisa.
Y aquí estoy diez años después, no te he vuelto a ver, no he vuelto a saber de ti. Pero no desapareces de mi mente, esa noche, a veces pienso que fue un sueño, que no fue real, pero ocurrió ¿Verdad? Tu fuiste la persona que salvó mi vida. Mi vida te pertenece.
Caminaba por la acera y al doblar una esquina choqué contra un bambi. ¿Bambi?¿En la ciudad? Nadie más parecía verlo.
“¿Eres un bambi de verdad? Dios mío... debo de ver visiones” Y el bambi se dio la vuelta y comenzó a caminar. Cada pocos pasos paraba y miraba hacia mí para asegurarse de que le seguía. Sus ojos me recuerdan a los tuyos, no se por qué, ni siquiera son plateados... Simplemente creo que si le sigo podré encontrarte.
Caminé durante casi una hora, hasta que el bambi se paró y no para ver si le seguía, simplemente se paró. Entonces con un estruendo ensordecedor una maceta cayó delante de mí. Supe entonces que me había salvado, si hubiera continuado caminando la maceta me habría matado.
Y así, durante mucho tiempo, cada vez que aparecía ,me libraba de un accidente. Sabía que si él estaba cerca, nada malo podría sucederme, él era la llave de mi felicidad, él era el camino que me llevaría hasta ti.
Ese día le estaba siguiendo, como otro día cualquiera, me desviaba de mi camino e iba detrás de Bambi. Bambi echó a correr y yo detrás. Algo ocurrió, algo distinto... Corríamos muy aprisa, esquivando a la gente que no parecía sorprenderse de ver un bambi corriendo entre la multitud. Pero Bambi no vio el semáforo en rojo, bambi... Mi Bambi, yacía con el cuello en una posición extraña, sus órganos, vertebras y huesos estaban desperdigados y se había formado un enorme charco de sangre.
Yo estaba quieta, no podía moverme ni dejar de observarle, aún con su cuerpo mutilado me miraba. Esos ojos que tanto me recordaban a ti, de un negro profundo, como si no sufriera, como esperando algo... Y entonces miró al cielo, yo seguí su mirada y la vi. Mi estrella, No, la estrella de mis padres, la estrella que tú me diste... Y al volver la cabeza hacia Bambi...
“Eres tú... pero ¿Cómo?” estabas ahí, eras real, estabas de pie mirándome, como si esperaras algo de mí. Entonces la gente se comenzó a amontonar a mi alrededor, podía ver sus caras de espanto, de horror mirándome fijamente, madres que tapaban los ojos a sus hijos.
“¿Qué ocurre?” quise ir hacia ti, abrazarte, pedirte que me sacaras de ahí pero... no podía moverme, ni siquiera podía mirar en otra dirección que no fuera la tuya.
“¿Qué pasa?” Tú seguías mirándome con esos ojos plateados, impaciente, ¿Qué estabas esperando?
Y entonces lo supe... Estabas esperando a que muriera ¿Verdad Bambi?. Todo este tiempo... no intentabas salvarme de los continuos accidentes, intentabas que cayera en uno de ellos para así morir. Tú no me diste esa estrella para mis padres, me regalaste la estrella para nosotros, el lugar donde tus ojos plateados y mis ojos negros estuvieran juntos para siempre...
Bien Bambi, me rindo, me moriré ahora mismo y así podré ir contigo. Y en tu cara se formó una radiante sonrisa.
Tu fuiste la persona que se llevó mi vida. Mi vida te pertenece.


  Aqua!!

domingo, 21 de noviembre de 2010

Lock y Charly

      Le miraba con ojos rojos. Las pupilas estaban dilatadas y mi ansiedad apenas podía dominarla.
Lock: ¿Has venido a decirme algo?
Charly: …
Lock: Entiendo. Ven, quiero enseñarte algo. ¿Ves este capullo de aquí? ¿Qué crees que hay dentro?
Charly: ¿Una mariposa? Supongo, no lo se.
Lock: Algo mucho más hermoso aún. Es el capullo de un gusano. Las mariposas acaparan la atención pero los gusanos, tejen seda, son más fuertes, más veloces.
Charly: Es maravilloso pero…
Lock: ¿Ves este agujerito? La polilla está a punto de salir. Está ahí dentro, luchando, intentando atravesar la dura corteza del capullo. Ahora, podría ayudarla, coger el cuchillo, ensanchar la apertura y liberar a la polilla. Pero sería demasiado débil para sobrevivir, su lucha es su modo natural de fortalecerse.

Aqua!!