martes, 30 de noviembre de 2010

Si!




Sí por la libertad, Sí por la libertad de expresión, Sí por los buenos momentos, Sí por un diez en un examen, Sí por sacar buena nota sin estudiar, Sí por un profesor simpático, Sí por un enchufe con el profesor, Sí por encontrar el trabajo que quieres, Sí por ganar dinero, Sí por estar saludables, Sí por ser felices, Sí por un novio, Sí por saltar, Sí por gritar cuando quieras, Sí por romper los horarios, Sí por los insultos, Sí por tirar la tele por la ventana, Sí por las crestas verdes, Sí por los pircings, Sí por las amigas, Sí por la ropa hortera, Sí por reír, Sí por tontear, Sí por los animales, Sí por las plantas, Sí por las flores, Sí por poderes sobrehumanos, Sí por mí, Sí por nuestros hijos, Sí porque nos sale de los cojones, Sí por no decir no, Sí porque Sí. Y si a alguien no le gusta el sí... QUE SE JODA!!


Aqua!!

viernes, 26 de noviembre de 2010

Terminará pronto



No es un romance de película, no es el príncipe azul con el que todas las princesas sueñan. Y si pensamos en la actualidad, ese latir constante y el sentimiento atrayente hacia esa persona... no están.
¿Dónde está la gracia si no puedes gritarlo a los cuatro vientos? ¿Si no eres capaz de decirle a todo el mundo lo que sientes por la otra persona? Entonces esa magia que provoca delirios y punzadas de calidez en tu pecho no se convierte en otra cosa que cenizas de un sueño que jamás llegó a cumplirse.
Y no conforme, no contento con apuñalar el corazón e inundar el pecho de un ácido corrosivo, también tiene que clavarle mil agujas para que, en cada latido, vayan incrustándose más, hasta convertirse en un dolor inaguantable.
Pero lo soporta y lo aguanta, porque sabe que no es así realmente, puede llegar a convertirse en el príncipe que fue una vez. No os hablo de maltrato no, os hablo de una ignorancia y dejadez más dolorosa que cualquier puñetazo. Porque la cenicienta busca al príncipe pero él no le hace caso. Él no es de los que gritan su amor a los cuatro vientos, no es de los que dice al mundo lo que siente por ella, él es de esos mismos que apuñalan el corazón, los que queman los delirios de un amor caliente, los que atraviesan el corazón con mil agujas... Él es de los que no saben lo que tienen pero tampoco quiere perderlo, él es de los que piensan que todo va bien así, que la cenicienta ya comprende y acepta su comportamiento. Pero lo que el príncipe no sabe es que la cenicienta no esta dispuesta a entregarle a ninguna falsa princesa. La cenicienta no era tan tonta como el príncipe se creía, pero de esto solo se dio cuenta cuando la cenicienta le dejó plantado y ni las lágrimas ablandaron ese pobre corazón maltratado por agujas, puñales y ácido corrosivo.
La cenicienta se arrepintió pero se mordió la lengua, ahora le tocaba a ella ser el príncipe malo.

martes, 23 de noviembre de 2010

Bambi


“Mis padres están muertos, no tengo familia, no tengo a nadie, estoy sola, no vale la pena vivir, ¿por qué seguir viviendo así?”
Esos eran mis pensamientos hasta que te conocí, gran noche iluminada sin luna, tan solo salpicada por millones de estrellas. Te acercaste y me preguntaste qué era lo que me sucedía. Nunca olvidaré tu cabello castaño, tu sonrisa, tus extraños y atrayentes ojos plateados, pero sobretodo, nunca olvidaré tus palabras.
“Te voy a hacer un regalo, te regalaré la estrella mas brillante de cielo, aquella que brilla ya sea primavera, verano, otoño o invierno, en esa estrella están tus padres observándote así que no llores más y muestrales tu mejor sonrisa.”
Y, sorprendentemente, mis lágrimas dejaron paso a una radiante sonrisa.
Y aquí estoy diez años después, no te he vuelto a ver, no he vuelto a saber de ti. Pero no desapareces de mi mente, esa noche, a veces pienso que fue un sueño, que no fue real, pero ocurrió ¿Verdad? Tu fuiste la persona que salvó mi vida. Mi vida te pertenece.
Caminaba por la acera y al doblar una esquina choqué contra un bambi. ¿Bambi?¿En la ciudad? Nadie más parecía verlo.
“¿Eres un bambi de verdad? Dios mío... debo de ver visiones” Y el bambi se dio la vuelta y comenzó a caminar. Cada pocos pasos paraba y miraba hacia mí para asegurarse de que le seguía. Sus ojos me recuerdan a los tuyos, no se por qué, ni siquiera son plateados... Simplemente creo que si le sigo podré encontrarte.
Caminé durante casi una hora, hasta que el bambi se paró y no para ver si le seguía, simplemente se paró. Entonces con un estruendo ensordecedor una maceta cayó delante de mí. Supe entonces que me había salvado, si hubiera continuado caminando la maceta me habría matado.
Y así, durante mucho tiempo, cada vez que aparecía ,me libraba de un accidente. Sabía que si él estaba cerca, nada malo podría sucederme, él era la llave de mi felicidad, él era el camino que me llevaría hasta ti.
Ese día le estaba siguiendo, como otro día cualquiera, me desviaba de mi camino e iba detrás de Bambi. Bambi echó a correr y yo detrás. Algo ocurrió, algo distinto... Corríamos muy aprisa, esquivando a la gente que no parecía sorprenderse de ver un bambi corriendo entre la multitud. Pero Bambi no vio el semáforo en rojo, bambi... Mi Bambi, yacía con el cuello en una posición extraña, sus órganos, vertebras y huesos estaban desperdigados y se había formado un enorme charco de sangre.
Yo estaba quieta, no podía moverme ni dejar de observarle, aún con su cuerpo mutilado me miraba. Esos ojos que tanto me recordaban a ti, de un negro profundo, como si no sufriera, como esperando algo... Y entonces miró al cielo, yo seguí su mirada y la vi. Mi estrella, No, la estrella de mis padres, la estrella que tú me diste... Y al volver la cabeza hacia Bambi...
“Eres tú... pero ¿Cómo?” estabas ahí, eras real, estabas de pie mirándome, como si esperaras algo de mí. Entonces la gente se comenzó a amontonar a mi alrededor, podía ver sus caras de espanto, de horror mirándome fijamente, madres que tapaban los ojos a sus hijos.
“¿Qué ocurre?” quise ir hacia ti, abrazarte, pedirte que me sacaras de ahí pero... no podía moverme, ni siquiera podía mirar en otra dirección que no fuera la tuya.
“¿Qué pasa?” Tú seguías mirándome con esos ojos plateados, impaciente, ¿Qué estabas esperando?
Y entonces lo supe... Estabas esperando a que muriera ¿Verdad Bambi?. Todo este tiempo... no intentabas salvarme de los continuos accidentes, intentabas que cayera en uno de ellos para así morir. Tú no me diste esa estrella para mis padres, me regalaste la estrella para nosotros, el lugar donde tus ojos plateados y mis ojos negros estuvieran juntos para siempre...
Bien Bambi, me rindo, me moriré ahora mismo y así podré ir contigo. Y en tu cara se formó una radiante sonrisa.
Tu fuiste la persona que se llevó mi vida. Mi vida te pertenece.


  Aqua!!

domingo, 21 de noviembre de 2010

Lock y Charly

      Le miraba con ojos rojos. Las pupilas estaban dilatadas y mi ansiedad apenas podía dominarla.
Lock: ¿Has venido a decirme algo?
Charly: …
Lock: Entiendo. Ven, quiero enseñarte algo. ¿Ves este capullo de aquí? ¿Qué crees que hay dentro?
Charly: ¿Una mariposa? Supongo, no lo se.
Lock: Algo mucho más hermoso aún. Es el capullo de un gusano. Las mariposas acaparan la atención pero los gusanos, tejen seda, son más fuertes, más veloces.
Charly: Es maravilloso pero…
Lock: ¿Ves este agujerito? La polilla está a punto de salir. Está ahí dentro, luchando, intentando atravesar la dura corteza del capullo. Ahora, podría ayudarla, coger el cuchillo, ensanchar la apertura y liberar a la polilla. Pero sería demasiado débil para sobrevivir, su lucha es su modo natural de fortalecerse.

Aqua!!

miércoles, 27 de octubre de 2010

La moto de Carru Parte 19.








La construcción se derrumbó ante sus ojos. La estructura de piedra fue cayendo, trozo a otro entre una nube de polvo. El suelo vibró y se escuchó un gran estruendo.
-¿Se acabó? - preguntó Alex
-Solo los ilusos piensan eso...- Dijo César - Esto no acaba más que empezar.
-Todo se ha caído – dijo Raquel – incluso la casa oculta.
-¿Seguirá viva la Mente? - preguntó Iván.
-No creo que haya muerto por esto – dijo Óscar.
-Tal vez podamos volver a casa – dijo Celia – ya no podemos vivir aquí... Tal vez sea nuestra oportunidad. - Todos la miraron – tranquilos, esta vez no voy a salir corriendo ¿vale?
-Mirad – dijo Alejandra. Todos miraron la valla que dividía el jardín de la acera. Se había caído.
-Sinceramente, creo que no ha terminado, pero creo que podremos ir a casa... - dijo Luisen.
-Ni de coña – dijo Raquel. - Como alguien pose un solo pie fuera de este jardín le mato. - dijo cogiendo un cristal del suelo.
-¡Tiene un arma! - gritó Alex.
-Raquel tiene un arma, el público se alarma...
-¡Iván! - dijo Celia.
-Perdón.
-¡En serio!, no podemos irnos... - dijo Raquel.
-Pero ya no hay casa, todo se ha derrumbado y el suelo no es seguro... incluso la parte de la casa oculta que había por debajo del suelo seguramente ha caído. El refugio no es seguro y la comida... - continuó Guille.
-¿Creéis que debemos salir? - preguntó Luisen.
-Yo creo que si pero, si nos equivocamos ya sabéis cual será el resultado – dijo Celia.
-¿En serio me decís que queréis salir? - dijo Raquel.
-¿Queda otra? - dijo Óscar.
-Ya... pero... Nuestras familias.. de morir, sería mejor hacerlo aquí, sin ponerlas en peligro – dijo Álex.
-Pero no podemos huir siempre – dijo César.
-El todo por el todo – dijo Alejandra.
-Dios mío – dijo Óscar.
-No me puedo creer lo que vamos a hacer – dijo Guille. Y así, los nueve chicos se cogieron de las manos y con movimientos idénticos salieron del jardín aguantando la respiración.
-Ya... está – dijo Celia.
-¿Estáis bien? - preguntó Alejandra.
-Yo sí – dijo Alex.
-Y yo – dijo Iván.
-Y yo – dijo César.
-¿Nuestras familias? - preguntó Guille.
-Son ellas por las que deberíamos preocuparnos – dijo Luisen.
-Carru es el que más cerca vive – dijo Raquel.
-¡Vamos! - dijo Óscar
Y todos echaron a correr hacia la casa de Carru. El coche estaba en el patio y el chico subió corriendo los peldaños de la casa, seguido de sus amigos.
-¿Qué pasa? - preguntó la madre sobresaltada al verlos entrar corriendo.
-¡Mamá! - gritó Alejandro abrazándola.
-¿Qué te pasa? ¿Dónde te has puesto así de sucio?
-Estuvimos... estuvimos encerrados, ¡durante meses! ¡Había una casa abandonada! ¡murieron muchos de nosotros! - dijo el chico llorando. Los demás tan solo asentían con la cabeza.
La madre, sin dar crédito a lo que oía se llevó una mano a la cabeza.
-¿A estas alturas e inventando historias?
-Pero.. mamá... ¡Es verdad! ¡Llevamos allí meses!
-¿Meses? Si fijo que sí... anda, iros a dar una vuelta y no tardéis que mañana es tu cumpleaños.
-¿Mi cumpleaños?
-Igual lo habías olvidado y todo.
Alex y los demás salieron de la casa.
-¿Qué está pasando? - dijo Óscar.
-No pudo haber pasado un año, además mi madre... es como si no hubiera estado fuera de casa nunca – dijo Alejandro.
-A estas alturas no debería extrañarnos nada – dijo Alejandra.
-Me voy a mi casa – dijo Raquel.
-T acompañamos – dijo Luisen.
-Yo me quedo aquí – dijo Alex.
-Lo entendemos – el contestó Celia.
-Yo tengo que decirle algo, id delante – dijo Alejandra. Los chicos comenzaron a andar y después se acercó Alejandra. Nadie le preguntó qué le había dicho, ni ella dijo nada.
Después de media hora caminando, pensando y reflexionando.
-Hemos llegado – dijo Raquel.
PIIIIII
-¿Si? - contestó el micro.
-¿Elena?
-A eres tú – y la puerta se abrió. Se quedaron todos dentro del portal sin hacer nada.
-Era Elena... - dijo Raquel.
-Está viva – dijo Guille.
-¿Puede ser que todo siguiera como si nunca hubiésemos ido a la casa? - dijo Luisen.
-Eso parece – dijo Iván.
-¿Mamá? - preguntó Raquel entrando en casa.
-En la salita ¿Por?
-Por nada....
Y Raquel, junto con los demás bajaron a Cudillero, pasando por cada una de las casas, encontrándose con personas a las que pensaron que jamás volverían a ver.
-¡Miriam! - gritó Andrea.
-¿Qué pasa?
-Nada, nada.
-Es como si nunca hubiésemos ido – dijo Óscar.
-No diremos nada de esto a nadie ¿Vale? - dijo César. Todos estuvieron de acuerdo.
-¡Vamos a pasear! - gritó Celia.
-Cierto, es hora de que respiremos algo de aire libre.
-Yo me voy a casa – dijo Raquel – creo que lo único que me apetece ahora es estar en casa.
-Antes de nada... - dijo Alejandra. - Quería agradeceros a todos, ni siquiera ahora sé quién es el traidor pero, independientemente de eso, gracias por estar siempre ayudándonos.
-Cierto – dijo Celia – supongo que esta no ha sido una buena aventura pero... siempre se puede sacar algún recuerdo bueno.
-He de reconocer que si que se puede sacar algo bueno de todo esto – dijo Raquel cogiendo la mano a Guille.
-Aun así espero que no se repita – dijo Iván.
-No ya, a mi me da algo vaya – dijo Óscar.
-Y no quiero joder pero... todavía no sabemos si todo ha terminado, es más, creo que esto no ha ni empezado. Y lo digo literalmente pues mañana es el cumple de Alex y creo...
-Creo que mañana le regalarán la moto a Alex – dijo César.
-Y si eso es así... - dijo Andrea – la moto volvería a acecharnos y entonces si que estaríamos en problemas.
-Alex no puede recibir esa moto – dijo Guille.
-Llamaré a mi madre para que me venga a buscar – dijo Raquel – le diré que me acerque a casa de Alex y se lo contaré.
-Bien.
Y así Raquel y Alex quedaron en el parque y Raquel le contó todo.
-¿Quieres que le diga a mi madre que no me regale ninguna moto?
-Al menos, no esa moto. - le dijo Raquel – si esa moto llega a alguno de nosotros, creo que será el fin.
-Pero ya sabemos como vencer a la moto, no nos pillará desprotegidos otra vez.
-¡Alex! No podemos arriesgarnos, solo porque tengas el capricho de una moto.
-Está bien.
Alguien rió.
-No será suficiente – dijo Kevin. Los chicos le miraron. - Todos vais a morir, queráis o no.
-¿De qué hablas? - dijo Raquel.
-El Traidor... todavía no le habéis encontrado, mientras haya traidor, todos estaréis en peligro.
Y Kevin se fue.
-¿De qué habla? - dijo Alex.
-Es cierto que no hemos encontrado al traidor pero... ¿No es muy raro?
-¿Qué? ¿Que él sepa eso? Si...
-Bueno, no solo eso... mi hermana murió en la casa y ahora no recuerda nada. Kevin también había muerto, ¿No debería haber olvidado todo?
-¿Él es el traidor?
-Quién sabe. Pero hay que encontrar al traidor como sea y tú debes evitar que te regalen esa moto ¿Okey?
-¡Okey!
Y así llegó el día. Cuatro de Noviembre. Todos los chicos se reunieron en casa de Alex.
Alejandra, Celia, César, Luisen, Andrea, Iván, Óscar, Guille y Raquel.
-¡Alex! ¡Tienes un regalo en el jardín! - gritó la madre. Todos, que estaban reunidos en la habitación se miraron, aguantando la respiración.
-Vamos... - dijo Luisen.
Y salieron al patio, encarándose a un gran paquete.
-¿La moto?

Estrellas...






-¿Qué te pasa?
-Estoy triste.
-¿Por qué?
-Porque he vuelto a verlas.
-¿Las echas de menos?
-Mucho, a todas ellas, a cada una, a ese príncipe azul que no aparece, a esos mejores amigos que no sé donde están, a ese palacio iluminado por la luz de la luna llena, por ese instrumento que ya no escucho... Porque todas se han ido.
-¿Todas?
-Si
-¿Segura?
-Ya no están.
-¿Y cómo las has visto?
-Las he recordado
-¿Prefieres no recordar?
-Prefiero que no exista un final
-Pero todo tiene un final
-Pero no quiero, soy tan feliz cuando comienza que cuando termina, una parte de mí, también desaparece.
-Ellas están aquí contigo.
-¿Y por qué no las veo?
-Por que no crees en ellas.
-¡Creo!
-Ellas te aman.
-Y yo a ellas.
-Demuéstraselo, demuéstramelo...
-Aún así habrá un final.
-Que llevará al principio de otra nueva. Todo final, no es más que un nuevo comienzo.
-Pues no me gustan los comienzos.
-Todo tiene que comenzar alguna vez, incluso tú, llegará el momento en el que nazcas de nuevo y comiences una nueva vida.
-Yo no quiero más tristeza ¡No quiero sufrir más!
-Es un precio que hay que pagar por vivir.
-¿De qué sirve vivir? Yo solo quiero morir ya, olvidar todo...
-¿Y abandonar a esos amigos que tienes ahora?
-No... pero, que se vengan conmigo.
-¿Vas a pedirles que mueran?
-...
-Termina esa historia Ra, termina esa historia porque es lo que tienes que hacer.
-¿Ter.. mi.. nar?
-Acabar.
-¿Con mi mayor sentimiento? ¿Mis mejores amigos?
-No lo terminarás ya, te llevará años... pero al única forma de avanzar es pensar que quieres terminar.
-Pero realmente no quiero que se acabe.
-Así no avanzarás.
-¿Y cómo sabré que no estoy sola?
-Porque ellas siempre estarán ahí para ti, en las estrellas, en los recuerdos, en los dibujos, en las palabras, en los sentimientos, en todo...
-Te quiero.
-Y yo.
-No quiero estar sola, me da miedo eso.
-No lo estás... Cierra los ojos e imagina que te estamos ofreciendo las manos. ¿Ves? No estás sola.
-No estoy sola, es cierto ¡Te veo! ¡Las veo!
-Eso es, nos ves, puedes vernos, yo no te miento... Incluso puedes ver a los muertos.
-¿Muer...tos?
-Si Ra, nosotros estamos muertos, tú eres la que estas viva.
-¿Cómo? ¿Muertos? ¿Por qué? ¿Entonces por qué no puedo morir yo también?
-Porque si murieras no nos volverías a ver nunca.
-¿Por qué? ¡Iría al cielo! ¡Estaría con vosotros!
-No Ra, te equivocas, no existe el cielo, si mueres, nosotros también moriremos porque realmente solo hay un lugar en el que podamos existir y esa es tu cabeza. Tan solo podemos existir dentro de tu imaginación.
-¿Imaginación? Entonces no sois reales, no os veo, no existís...
-Claro que si, ¿No estas hablando conmigo? ¿No las escuchas decir que te quieren?
-¡No lo hacen! Tan solo lo imagino....
-Dime, ¿Hasta dónde la imaginación no es real? ¿Hasta qué punto la imaginación no existe? Nosotros existimos, no estas sola porque todas ellas, y yo, estamos aquí y eso es suficiente. No estás sola.
-No estoy sola...
-Eso es Ra, eso es...
Y como una niña inocente, sonriente y animada, llegó al final de su vida. Pero claro, eso nunca lo supo, porque para ella no era más que otro final, que daría luz a un nuevo comienzo, y no estaba sola. O eso pensó. El caso es que murió con una sonrisa en la cara, tan ilusa como había nacido.


martes, 19 de octubre de 2010

La moto de Carru Parte 18








-No sabemos si los demás están muertos o vivos – dijo Elena.
-Pero no queda ningún otro lugar para ir – dijo Kevin. - Ha matado a Andrea, a Dani y a Alberto y no sabemos nada de César, Pablo, Kiara y Jimena. Por no hablar de los que han desaparecido antes.
-¿Crees que ir directamente a enfrentarnos al payaso nos salvará? - preguntó Celia.
-Creo que es la única forma de saberlo...
-¿No decíais que solo el amor podía con el payaso?
-¿Veis algo de amor aquí? ¡No! Las únicas armas somos nosotros mismos. - dijo Kevin.
-Es un suicidio – dijo Miriam.
-¿Por qué no sales con alguna de nosotras? - dijo Elena. Todas le miraron – A ver, no digo que yo quiera salir con él, pero en situaciones desesperadas, medidas desesperadas, que Kevin elija una chica y...
-No – interrumpió Kevin – No es que no quiera pero... yo no me puedo enamorar de ninguna de vosotras, es que yo soy... soy gay. - Todas quedaron en silencio. Fue Miriam la primera en romper el silencio.
-Haberlo dicho antes... bien yo creo que la única solución es ir a la casa, nos arriesgaremos y buscaremos a los demás, si todavía quedan hombres podremos hacer parejas con ellos... y derrotar al payaso.
-Bien.. si estuviera Carru u Óscar... - comenzó Alejandra. Celia la miró mal y calló.
-Ya.. si estuviera Andrea podría estar con Guille...
-Y tú con Óscar – dijo Elena.
-¿Qué insinúas?
-Joder nada, simplemente que si tuvieras que escoger a un chico ¿no escogerías a Óscar? - dijo Elena. Miriam no habló más.
-Sea pues. No perdamos el tiempo.
En la parte oculta de la casa...
-¡Corre! - gritó Raquel.
-Vaya coincidencia que hayan aparecido los dos – le dijo Guille corriendo.
-¿Estarán preparados? ¿Funcionará?
-No lo sé.. ¡pero corre!
-¡Veo la puerta de la habitación! Genial está abierta.
-¡Ahí! ¡Luisen! - Luisen, al ver a los chicos acercarse corriendo, dio la señal a sus amigos y se pusieron todos a los lados de la puerta. Raquel y Guille entraron corriendo y frenaron contra la pared. La moto, manejada por el payaso, entró después y recibió el líquido que los chicos habían fabricado. Raquel, Luisen y alguno más lloraban y otros no podían moverse del pánico.
Óscar e Iván echaron una red por encima de la moto. El payaso, o lo que era su cara, comenzó a dar vueltas y vueltas. Gritaba de dolor y de la cara había comenzado a salir humo. La moto se apagó y cayó de lado.
La moto, con una expresión de odio, miró a Raquel y a Guille, que eran los que tenía delante, y salió disparada hacia ellos.
-¡Cuidado! - gritó Alex. Raquel besó a Guille.
-Dios... - dijo Óscar.- Esto ha sido de película.
-Vaya – dijo Luisen cayendo al suelo – le has dado un beso y el payaso desapareció.
-Lo siento – dijo Raquel a Guille.
-Eh ¿Podemos llamar al payaso otra vez? - bromeó Guille. Raquel hizo un gesto de burla. Todos se sentaron en el suelo.
-Yo casi me cago – reconoció Alex. Se encontraban sentados en un circulo, mirando al suelo y recopilando la información de la escena pasada. Nunca habían tenido al payaso tan cerca y no sabían si lo habían matado.
-Increíble... - dijo César al cabo de un rato. Todos le miraron.
-¿Hablas? - dijo Óscar. El chico sonrió, como quién sonríe después de haber gastado una broma inocente.
-¡Estáis aquí! - dijo Alejandra abriendo la puerta de la habitación. Todos pegaron un salto.
-¡Joder! No nos des esos sustos.
-¿Solo sois vosotros? - preguntó Celia.
-¿Y vosotras? - dijo Raquel – sois tres... - terminó la frase con un hilo de voz - ¿Dónde está mi hermana?
-Es que – comenzó Alejandra – hubo un accidente y ella y Kevin murieron.
-¿Qué accidente? - preguntó Raquel. Todos miraban a las dos chicas.
-Pues el suelo se hundió y Miriam no podía con el peso de las dos... - comenzó a explicar. Eso fue suficiente para que Raquel cogiera su arma y le rajara el cuello a Miriam.
-¡Loca! - gritó Luisen. Alejandra y Celia se quedaron pálidas. Luisen cogió un brazo a Raquel, el otro Óscar e Iván le arrebató el cuchillo.
-¿Estas loca? - dijo Óscar.
-¿Loca? ¿LOCA? ¡loca debería de estar después de semanas encerrada en una casa con caras de payaso flotantes, motos que andan solas y trampas por todos lados! ¡Loca debería de estar después de ver como casi todos mis amigos son asesinados uno por uno! ¡De andar y cargar con cadáveres a los que se les salían las costillas y les colgaban los ojos! ¡Todos deberíamos estar locos! Pero matar a mi hermana... dejarla caer y obligarla a descender en picado con la conciencia de que va a estrellarse y morir dolorosamente...de que va a sentir un fuerte impacto que la va a matar... dejarla caer hacia la oscuridad sin poder agarrarse a nada y viendo como ¡tú! ¡furcia! Te salvas la vida... ¡Eso si que me vuelve loca! - terminó gritando al cuerpo de Miriam que vomitaba sangre - ¡Púdrete en el infierno! - y de un brusco tirón se soltó de Óscar y de Luisen y se sentó en el suelo.
Guille al abrazó y Alejandra se sentó a su lado. Y lloró.
-Alejandra, Alejandro, Celia, Luisen, César, Guille, Raquel, Óscar e Iván. Nueve de las veinticuatro personas que llegaron a vivir en la casa, los últimos supervivientes.
-¿Piensas hacer una película? - preguntó Raquel.
-Eso sería bueno – dijo Alejandra – significaría que he salido de aquí.
-Ya...
-Que bien que os hayáis librado de la moto y el payaso, lo que no sabía era lo de La Mente.
-Y El Traidor.
-Ya.. eso es lo peor. La mayoría de los que están aquí sospechan de los demás.
-¿Tú sospechas de alguien? - Raquel asintió con la cabeza.
-Oye... - dijo Celia. Algunos la miraron – He encontrado una trampilla.
-Esto está lleno de trampillas – dijo Guille. Todos se acercaron a ver.
-Bueno...¿Vamos? - dijo Alejandro. Nadie se negó. Entraron por la trampilla y cayeron a una habitación.
-Cuidado – dijo Iván que había sido el primero en entrar – no caigáis.
La trampilla era un conducto que unía la habitación de la casa oculta donde se encontraban, con una habitación de la casa real.
-Las dos partes de la casa están unidas por muchos sitios – dijo Óscar.
-Muchos sitios y ni una puerta normal y corriente – dijo Raquel. - Cuidado peque... la caída es el doble para ti – bromeó.
-Payasa – sonrió Guille pegando un salto hasta el suelo. Y todos bajaron a la habitación.
-¿Sois vosotros? - dijo una voz al otro lado de la puerta.
-¿Andrea? - dijo Celia. La chica, asustada, abrió la puerta y sonrió al verlos.
-No hay tiempo... La Mente está enfadada. Una parte de su poder se ha ido... la casa está a punto de derrumbarse.
-¿Cómo sabes eso? - preguntó Luisen.
-¿No lo veis? - dijo señalando a la pared. Estaba llena de grietas y parecía a punto de caerse.
-Pues es verdad – dijo César. Todos salieron de la habitación y bajaron las escaleras. Se encontraron ante la puerta principal de la casa.
-¿Creéis que está abierta? - preguntó Óscar.
-Solo hay una forma de averiguarlo – dijo Luisen. Y todos contuvieron el aliento mientras que la puerta, con un crujido, se abría y dejaba pasar una luz del día cegadora.
-Se abrió... - dijo Alejandra.
-Pero no podemos irnos – dijo Celia con tristeza.
-Es cierto, tú aquí quietecita, que la última vez la armaste buena – dijo Raquel. Todos salieron al jardín delantero de la casa, donde se veía una parte del hórreo y mirando, con añoranza, el exterior, donde se encontraban sus hogares y sus familias, el lugar al que no podrían volver nunca más...
¡PUM!
Todos se dieron la vuelta y se alejaron un poco. Vieron como poco a poco la casa se iba derrumbando, dejando ante ellos ruinas.

La moto de Carru Parte 17.




-Pensaba que iba a decir que si... pero no se le puede hacer nada ¿verdad? - le dijo Raquel.
-Yo creo que quiere – le contestó Guille.
-Yo creo que no, si no habría dicho que sí.
-Anda no seas tonta, que hablé yo con él y dijo que sí que quería así que tenéis que hablar.
-Eres una celestina genial... pero no funciona.
-¿Qué es celestina? - Raquel se mordió la lengua y sonrió.
-¡Llevamos demasiado tiempo! ¿Es que no podéis enamoraros? - Raquel estaba enfadada y no pudo evitar contestar.
-¡Enamorate de tu puta madre!
-¡Niña! Vuelve a decir eso y te arrepentirás...
-¿El qué? ¿Tu puta madre o tu madre la puta? - Antonio se acercó a ella y le dio un empujón. Guille y Óscar se metieron en medio.
-Parad ya anda – dijo Guille. Un cuchillo se clavó en la garganta de Tony y todos miraron a Raquel quien estaba pálida.
-Yo... no he sido... - dijo anonadada.
-Detrás de ti – dijo Alex. Raquel se fue hacia el lado contrario y Guille y Óscar vieron la cara del payaso en la pared.
-¡Ah! - gritaron todos amontonándose contra la pared contraria. El payaso sonrió y todos vieron como el suelo cedía delante de sus narices haciendo que Guille y Óscar, los cuales se encontraban más cerca, perdieran el pie.
-¡Cuidado! - gritó Alex. Raquel agarró del brazo a Guille y César la camiseta. Entre los dos le subieron. A Óscar le ayudaron a subir Iván y Luisen.
-Por poco... - dijo Iván. Antes de que dijeran nada, César salió de la habitación corriendo y todos detrás. Huían porque sabían que el payaso volvería.
-Nos equivocamos con Antonio – dijo Luisen respirando muy fuerte – si fuera el traidor no le habría matado.
-Cierto.. - dijo Raquel sacando el papel y tachando el nombre de Tony – Tres sospechosos.
-Tengo una idea – dijo Guille. - Una trampa.
-¿Una trampa?
-See, es comprometida y arriesgada pero si funciona...
-Bien, explicala – dijo Raquel.
-Me da vergüenza...
-Anda mecagoendios – dijo Óscar – suéltalo.
-Vale... He pensado en que el payaso quizás no, pero la moto es material, por lo que podemos atraparla... y a veces el payaso y la moto aparecen juntos. Si en una de esas veces en los que aparecen juntos, les atrapáramos en una habitación o algo así y después...
-No – dijo Raquel – por favor... no continúes la frase. - suplicó.
-¡Ay! ¡si, si, si, si! - dijo Luisen frotándose las manos – yo estoy de acuerdo con esa idea...
-No lo pillo – dijo Alex. Raquel le miró.
-El pequeño quiere que os corráis encima del payaso – le dijo como si fuera obvio.
-Ah pues no, yo no lo hago vaya...
-Ya, es que es... - dijo Óscar.
-¿Alguien tiene una idea mejor? - preguntó Guille.
-Aunque sea peor, pero que sea otra idea por favor – dijo Óscar.
Y así es como decidieron llevar a cabo su alocada y repugnante idea. Iban caminando cuando Iván le tocó un brazo a Raquel y le dijo que esperara.
-¿Qué? - dijo la chica.
-Lo siento por lo del otro día... si quieres te digo quién fue.
-¿Quién fue? Sé perfectamente que fuiste tú. No intentes culpar a otro.
-No eso... sé quién es el traidor.
-¿Quién? - Iván le susurró el nombre al oído.
-Lo dudo.
-Bueno anda, duda, yo te digo la verdad ahora tú sabrás si me crees o no.
-Está bien, pues se lo preguntaré.
-A claro... ¿Y qué te va a decir? Si, soy el traidor que os va a matar a todos...
-Sabré si es él o no.
-¡No le conoces para nada!
-¡Pues le conoceré!
-No lo conseguirás... no sabes nada.
-Puedo asegurarte que le conoceré mejor que tú y mejor que nadie que se encuentre aquí.
-Vale... como quieras.
Y seguido, Raquel se lo contó a Luisen.
-Yo que tú, le ponía otra cruz. - le dijo el chico.
-Ya.. pero no se si ha dicho la verdad o no.
-¿Dudas?
-No pero...
-Yo creo que mintió.
-¡Y yo! Osea no... a ver, sé que el que me dijo no fue, lo sé de sobra pero... quizás el traidor es otro.
-¿Y por qué iba a inculpar a otro? ¡Pues para que no sospechemos de él!
-Eso sería muy estúpido de su parte... - le dijo Raquel- si fuera de verdad el traidor sería más cuidadoso.
-O eso, o está desesperado.
-Ya bueno...
Y pocas horas después...
-¿Cebo? - dijo Óscar.
-Si, ¿alguien tendrá que atraer al payaso no? - dijo Guille.
-¿Y cómo lo elegiremos? - preguntó Iván.
-A rifa – respondió Raquel.
-¿Cómo? - preguntó Luisen.
-Ya sé – dijo Alex – mira, con una botella vamos eliminando gente. A quién le toque se libra.
-Venga – dijo Óscar.
Giran la botella. Apunta hacia Alex.
-¡Bua! Menos mal... - dijo Alex.
Giran la botella... Apunta hacia Óscar, pero sigue girando, Iván... César.
-César, libre. - dijo Óscar – mierda... iba a tocarme a mi eh.
-Guille, Óscar, Iván, Luisen o yo... ¿Quién será el siguiente en salvarse?
-Yo botellita ¡Yo! Que yo te quiero... mira si me salvas me caso contigo – decía Luisen.
Giran la botella... Iván.
-¡Hija de Fruta! ¡Te vas a casar con el payaso!
Giran la botella... Raquel... pasa de largo... Luisen.
-¡Bien! ¡já! La botella no quiere al payaso.
-Eh botella.. si no me libras a mi te casas con el payaso – dijo Guille.
Giran la botella... Óscar.
-¡Si!
-Solo quedamos dos... - dijo Raquel. César cogió la botella.
-¿Qué quieres decir? - dijo Alex.
-¿Qué tienen que ir los dos? - preguntó Óscar. César asintió con la cabeza.
-Peque... moriremos juntos – dijo Raquel en broma.
-Bueno pero antes tengo que perder la virginidad – dijo Guille.
-Botella... ya sabes.
-Si hombre.
Y Raquel y Guille se pusieron al final de un pasillo.
-¿Eres consciente de que los demás se están matando a pajas ahora mismo? - dijo Raquel.
-See... y yo aquí sin dar un palo al agua.
-Imbécil – dijo Raquel dándole un beso en la mejilla. Después de dos horas, que era el tiempo que habían establecido... comenzaron la última jugada, a la que habían llamado “La Jugada Final”

La moto de Carru Parte 16.




-Espera... - dijo Raquel cogiendo a Luisen del brazo. - No me fío de César... creo que él es el traidor.
-Ya pero... no podemos hacer otra cosa que seguirle y estar atentos.
-Podemos irnos... decírselo a los demás y acabar con él... - dijo Raquel.
-¿Pretendes matar a césar?
-Para salvarnos a todos sí...
-Está bien a ver... ¿Qué te parece si intentamos buscar a La Mente o al payaso por nosotros mismos?
-¿Solo nosotros? Sería un suicidio...
-Acabas de decir que seguirle es un suicidio. - se quejó Luisen.
-¡Eh! - dijo Alex – ¿Qué hacéis?
-Nada – respondió Raquel – vamos ahora.
Al primer descuido del resto del grupo, Luisen y Raquel se desviaron.
-¿Sabes donde vamos? - preguntó al chica.
-No... ¡Joder! Telas de araña...
-¡Odio las arañas! ¡Tengo fobia! - gritó.
-Ya bueno, lo que tu digas pero esa araña me está mirando mal.
-¡Ah! - gritó Raquel echando a correr. Luisen la siguió.
-¿Dónde...?
-Ni idea.
-No hice la pregunta.
-La imaginaba.
-Joder como corres.
-Me dan miedo las arañas.
Piipii
-¿Móvil? - preguntó Luisen mirando a Raquel. Esta se palpó el bolsillo del peto.
-Parece ser... pero si no tengo cober... ¡Tengo cobertura!
-¿Qué dices? ¿Puedes llamar?
-Espera que me llaman... - y descolgó - ¿Si? ¿Iván? ¿Tienes cobertura? ¿Dónde? Pero estamos sabe dios donde... ¿La música del móvil? Vale... - colgó – Es Iván, tienen cobertura y van a llamar al exterior... dice que sigamos la música del móvil para encontrarlos.
-¿Qué música? - preguntó Luisen.
-Escucha – dijo Raquel. Estaba sonando el pam pam americano. Los dos chicos siguieron la música. Caminaron durante diez minutos por pasillos y al final llegaron a una habitación.
-¿Están aquí dentro? - preguntó Raquel.
-Se supone - dijo Luisen. Abrieron la puerta y entraron en la habitación. La música dejó de sonar.
-Lo llamaré otra vez.. - dijo Raquel. Lo intentó pero el móvil de Iván estaba apagado.
-¿Lo apagó? - preguntó Luisen.
-Se quedaría sin cobertura
-Lo dudo.
-Sea lo que sea, vayámonos de aquí.
-Ya... genial – dijo Luisen soltando el pomo de la puerta.
-Sea lo que sea por favor dime que la puerta no está cerrada... - suplicó Raquel. La cara de Luisen lo dijo todo. - ¡Yo lo mato!
-Ya.. yo también lo haría, pero creo que para eso antes tenemos que estar vivos nosotros.
-Genial... ¡Eh! ¿Y si abrimos esa ventana y pasamos a otra ventana?
-¿Ventanas? Ostias... ¿No se supone que esto esta bajo tierra?
-Pues.. esto tiene que dar a algún sitio. - dijo Raquel subiendo la persiana. Cuando la subió observó que la ventana daba a un pasillo.
-Esto es peor... que Alicia en el país de las maravillas. - dijo Luisen.
Pronto se encontraban corriendo por los pasillos, en busca del resto del grupo, hasta que, por pura casualidad se los encontraron de frente en una esquina.
-¡Hijos de puta! - les soltó Raquel nada más verlos. Hasta César se quedó pálido.
-¿Dónde cojones estabas? - preguntó Luisen. - ¿No dijiste que siguiéramos la música?
-Pero si puse la música...
-¡Ya! ¡Que casualmente nos llevó a una habitación de la cual no se podía salir!
-Pues no sé vaya...
-Eres un cerdo – le soltó Raquel. Las cosas siguieron igual, tensión entre todos los aventureros.
-Creo que el traidor es Iván – dijo Raquel – No creo que sea César.
-Ya... yo pienso lo mismo – dijo Luisen - ¡Alex! Ven un momento... ¿Por qué nos engañó? ¿Lo sabías?
-Que va tío.. si no me di cuenta.
-¿Dónde estabas cuando nos llamó? - preguntó Raquel. Alex, nervioso, intentó explicarse.
-A ver... yo estaba hablando con César, debió de llamaros entonces porque no me di cuenta...
-Vale anda... - dijo Luisen. Raquel y Luisen siguieron más atrasados.
-Luisen... - dijo Raquel.
-¿Qué?
-¿Piensas lo mismo que yo?
-¿Piensas en comida?
-¡No!
-Entonces puede que pensemos en lo mismo.
-Dios tío... Alex dijo que había hablado con César, ¡Y César no a hablado desde que nos lo encontramos!
-Ostias... uy, pues es verdad... No se vaya, pero yo no pienso fiarme de ninguno.
Y las relaciones desde entonces fueron tensándose cada vez más. Buscaron y buscaron durante horas, y no encontraron nada. Llegó la noche, pasó otro día y otra noche más...
En el minirefugio, la moto sin conductor había atacado a los demás y había matado a tres personas.
-Tengo hambre – dijo Óscar.
-Se acabó – dijo Antonio parándose en seco – Tenemos que crear amor.
-Y Raquel es la única chica... - dijo Luisen mirándola.
-¿Es que no existe amor entre hombres? - dijo malhumorada.
-Avanzar sin amor será un suicidio. Nos detendremos, descansaremos, comeremos y esperaremos.
-¿Esperar? ¿A qué? ¿A qué alguien se enamore? - dijo Guille.
-Exacto.
-Bueno... Óscar, Raquel... ya sabéis – continuó.
-Já, que gracia peque.
-No lo digo en broma...
Y así, guiados por César, llegaron a una habitación que, al igual que la cocina de la casa, parecía recién abastecida de alimentos.
-Cogeremos mantas y pasaremos aquí el tiempo necesario. Atrancaremos las puertas desde dentro – dijo Tony.
-¿Qué se ha creído? - dijo Alex por lo bajo.
-Bueno yo... prefiero hacer caso por ahora – le respondió Luisen. Recogieron mantas, comieron y bebieron y se acostaron, turnándose para hacer guardia. Luisen y Raquel se pusieron un poco alejados para hablar.
-Me jode decir esto pero... ahora mismo eres el único en el que confío.
-Lo mismo te digo, esto es una movida muy rara vaya.
-He decidido apuntar nombres en la hoja, ahora mismo somos ocho supervivientes, al menos aquí: César, Tony, Carru, Iván, Guille, Óscar, tú y yo.
-Ponle una crucecita a Iván y a César, que son los principales sospechosos.
-¿Qué te parece si se la pongo también a Alex?
-¿A Alex?
-Si... no es que sospeche, bueno sí, pero si te das cuenta no solo nos ha mentido antes si no que una vez nos dijeron que la moto no pararía hasta que él fuera el único superviviente.
-Ya, bueno pónsela por si acaso. El Tony ese no creo porque nos está ayudando pero... sabe dios de donde saldría. Nah, pónsela por si acaso.
-Okey. Cuatro sospechosos y cuatro libres de culpa.
-Tendremos que fijarnos en ellos sobretodo. Uno de esos cuatro es el traidor.
-Bien... y hablando de parejas...
-Sé lo que estas pensando así que ve y hazlo ya.
-¿Por qué sabes lo que estoy pensando?
-¿Estas pensando en comida?
-Um... no.
-Pues entonces sé en que piensas. Ve y preguntáselo, al fin y al cabo eres nuestra última esperanza...
A la mañana siguiente.
-¿Y bien? ¿Qué te ha dicho? - le preguntó a Luisen.
-Me ha rechazado...
-Vaya hijo de Fruta, si era él el que quería.
-Al parecer solo estaba fingiendo que quería.
-Pues... hijo de Fruta – Raquel sonrió cuando Luisen le intentó levantar el ánimo.

lunes, 18 de octubre de 2010

La moto de Carru Parte 15



-¿César? - dijo Kevin observándole.
-No habla – dijo Alejandra. Todos le observaron. César se encontraba sentado, comiendo como si llevara mucho tiempo en ayuno.
-César... - comenzó Kevin – ¿has estado aquí todo el tiempo? - El chico negó con la cabeza.
-¿Has estado en la casa? - le preguntó Alejandra. César asintió. Y a base de hacer más preguntas averiguaron que César había sido raptado por el payaso y había estado en la casa, se había escapado y les había seguido hacia ese refugio.
Sin pensárselo dos veces, mandaron a César, a Pablo, a Kiara y a Jimena a inspeccionar la casa.
-Despierta... - dijo Iván zarandeándole. - Joder... vaya como duermes.
Guille abrió los ojos.
-No me acuerdo de nada...
-Ya, debimos de dormirnos...
-¡La nube blanca! - dijo Guille despertando.
-Ya pero no nos han encerrado ni matado ni nada, tan solo nos han llevado a otra parte de la casa.
-Una parte de la casa, que por cierto, ya habíamos recorrido.
-Cierto... y he intentado tomar el camino que tomamos ayer pero está cerrado.
-No quería que fuésemos por ahí.
Mientras tanto, en una habitación vacía y cerrada...
-Fue el primer día...
-Ya pero deberíamos intentarlo.
-Podría, pero sería... - Raquel se removió. - Eh, ¿Estas despierta?
-Mi cabeza... - dijo. Óscar la ayudó a incorporarse y sentarse contra la pared.
-Cuando te deje de doler nos tenemos que ir.
-Pues nos vamos ya – dijo poniéndose en pie.
Y con Antonio de guía caminaron por la casa.
-¡Ah!
-¡Ah!
-Joder.. - dijo Luisen.
-Si.. eso es lo que nos hacía falta – dijo Kiara.
-¿Qué hacéis aquí? - preguntó Alex.
-Pues... ¿investigar? ¿Qué hacéis vosotros? Pensábamos que estabais muertos...
-Vaya, pues para vernos de nuevo con vida muy alegres no estáis.
-¡César! ¡Que se nos va César! - dijo Pablo echando a correr detrás del chico. Luisen y Alejandro les siguieron.
Iban caminando cuando, sin verlo venir, un brazo salió de la pared, tenía unas uñas enormes que atravesaron el cuello de Pablo. El brazo volvió a meterse en la pared y la cabeza del chico, que agonizaba, rebotó y todo su cuerpo cayó al suelo. Kiara se tapó la boca con las manos y se giró. Todos pasaron su cuerpo sin pisarlo, sin llorar, sin mirarlo... como si no fuera real.
Siguieron girando, César no aminoraba la marcha, ni se giraba para saber si le seguían o no. Llegaron al final de un pasillo, parecía terminarse ahí. César se apoyó en una pared lateral y la frontal se abrió. Fueron pasando uno a uno hacia el interior de la pared, estaba lleno de abrigos. Cuando salieron de nuevo se dieron cuenta de que ese lugar lo conocían. Era la habitación del armario y el lugar del que acababan de salir era, nada más y nada menos, que el armario.
-Así que así es como se comunica la casa real y lo demás... - dijo Luisen mirándolo.
-Iban a salir de la habitación pero un hacha apareció de la nada y cayó sobre la cabeza de Kiara, salpicando sangre. Los chicos comenzaron a quitarse la ropa manchada de sangre, excepto César, que continuaba caminando.
-Joder.. - dijo Alex con lágrimas – Nos va a matar a todos.
-¿Por qué seguimos a César? - preguntó Luisen.
-Porque es el único que puede llevarnos hasta el payaso. - le dijo Jimena.
-¡Como que hasta el payaso! ¿Estas loca? - gritó Luisen. - ¿Quieres ir hacia el enemigo en vez de huir de él?
-Huir no nos servirá de nada, moriremos de todas maneras, ya ha descubierto el refugio y hemos tenido que escondernos en otro más pequeño, apenas quedan provisiones y tampoco estamos seguros ahí. ¡No nos queda nada!
-Estamos muertos... - dijo Alex.
-Sigamos a César...
Y siguieron caminando.
-¡Aquí estáis! - gritó Guille al ver a Antonio, Óscar y Raquel.
-¿Estáis bien? - preguntó Raquel. Los chicos asintieron. Óscar les contó todo lo que sabían sobre La Mente, les explicó que el payaso y la moto tan solo eran creaciones y todo lo que Tony les había contado sobre El Traidor.
-Joder... a mí me da miedo – dijo Guille.
-¿Hay algo aquí que no de miedo? - dijo Raquel.
-Ya...
-Vayámonos – Dijo Antonio – Mientras iban caminando Guille e Iván iban charlando sobre el traidor.
-Podría ser cualquiera – dijo Guille.
-Tal vez Alex... si lo piensas... una vez dijeron que la moto no pararía hasta que él fuera el último superviviente.
-Pero no lo creo...
-Yo voto por uno de los que ya estaban aquí – dijo Raquel.
-Desde luego tiene que ser uno que no este muerto – contestó Óscar. - Alguien al que nunca le haya pasado nada...
-Pero no podemos sospechar de todos, por esa regla de tres no nos fiaríamos ni de nosotros mismos – dijo Guille.
-Yo confío en vosotros – dijo Raquel – sé que no sois.. pero los demás...
-No lo averiguareis – dijo Antonio. Todos quedaron en silencio y siguieron caminando.
-Se escucha algo – dijo Óscar. Todos escucharon el sonido de la moto acercarse. Tony echó a correr y los demás le siguieron. Acabaron saliendo al jardín y entrando a la casa por la parte trasera.
-¡La veo! - gritó Guille.
-¡Joder! ¡El payaso va encima y tiene una moto sierra!
-Me recuerda a esa película en la que el malo arrancaba cabezas, ¿Cómo se llamaba?
-No creo que sea el momento de pensar en películas – dijo Óscar.
Corrieron por el pasillo y subieron por las escaleras. Chocaron de lleno con la otra parte del grupo, los cuales, sin darles tiempo a reaccionar y viendo al payaso, echaron a correr de nuevo hacia el armario.
-¡Cerrad! - gritó Antonio. Cerraron y se oyeron ruidos al otro lado de la puerta.
-Es... Jimena – dijo Raquel - ¡Es Jimena! - dijo con intención de abrir la puerta. La chica gritaba y suplicaba que la abrieran. Sonó la moto sierra muy cerca y el llanto de la chica cesó. César tenía agarrado a Raquel y no la dejaba moverse.
-¡Eres el traidor! - gritó. César la miró con los ojos abiertos. Como algunos no sabían de qué hablaba, Óscar lo explicó. Todos miraron a César atónitos, dudando en si en verdad podría serlo o no.
Siguieron caminando, de nuevo por la parte oculta de la casa a la que accedieron por el armario.

sábado, 16 de octubre de 2010

La moto de Carru parte 14.



-Necesitamos amor – comenzó Antonio. Raquel y Óscar le seguían.
-Pero el “amor” no se crea así como así – dijo Raquel.
-Pues enamoraros – dijo malhumorado.
.Hombre, yo por mi.. - dijo Óscar.
-Deja de decir tonterías ¿Quieres? No es el momento adecuado, ni el lugar.
-Bueno anda, si dejaras de pensar que son tonterías... - Raquel resopló y Antonio no volvió a abrir la boca.
Mientras, por otro lado, Guille e Iván buscaban a La Mente.
-Joder, como si no diera ya miedo el payaso que ahora hay que buscar a alguien más tenebroso aún... -Iván sonrió. Caminaron por un pasillo, que parecía de madera y sonaba a acero, cuando de repente cedió bajo sus pies. Iván se agarró al borde de mala manera y Guille a su pie.
-¡Joder! - gritó Iván.
-Era una trampa... el suelo se ha abierto – dijo Guille.
-Estoy patinando.
-¡Pues agarrate!
-Lo intento...
-¡Esta oscuro!
-¿Tiene final? Joder... como caigamos nos matamos.
-No lo veo pero ya puedes agarrarte.
-¡Ah! - e Iván se soltó. Los dos chicos cayeron al vacío gritando.
En el mini refugio:
-¿Cuantos somos? - preguntó Kevin. Jimena se puso a contarlos.
-Miriam, Andrea, Elena, Alejandra, Dani, Alberto, Pablo, Kiara, Celia, tú y yo – dijo la chica. - Creo.
-Este lugar es muy pequeño – se quejó Elena.
-Es lo que hay que el payaso no conoce – respondió Kevin – o creemos que no lo conoce.
-¿Creemos? - preguntó Alejandra – Estamos muertos.
-¿Y a qué hay que esperar aquí? No se va a morir solo... ¿Vamos a estar encerrados aquí dentro hasta que muramos de viejos o de hambre? - dijo Celia.
-Primero descansaremos, repartiremos las provisiones y después pensaremos qué hacer.
-¡Gas! - gritó Antonio dando la vuelta. Al principio Óscar y Raquel no reaccionaron pero en cuanto vieron una nube de gas blanco avanzar hacia ellos echaron a correr.
-¿Es venenoso? - preguntó Raquel.
-No, es somnífero – contestó Antonio corriendo a más no poder entre los dédalos de pasillos.
Tenían la nube de gas a sus pies cuando al fondo se vio una puerta.
-¡Va a estar cerrada! - gritó Raquel. Antonio no parecía atender y corría más aprisa aun contra la puerta. Raquel pensando que se iba a estrellar aminoró la marcha. Óscar al verla ir más despacio le cogió la muñeca y la obligó a acelerar, iban a embestirse contra la puerta. Antonio embistió, pero en vez de llevarse un golpe enorme la puerta se abrió y tardaron apenas unas décimas de segundo en entrar y cerrar de nuevo la puerta.
-Oh Dios mío – dijo Raquel sentándose en una esquina y palpándose el cuello. En la habitación no había nada.
-Casi nos pilla – dijo Antonio – Esta cámara tiene ventilación que viene del exterior, la nube de gas no podrá entrar.
-¿Y por qué yo tengo tanto sueño? - dijo Raquel apoyándose contra la pared. Óscar se sentó a su lado y Raquel apoyó su cuerpo sobre las rodillas de este.
-Eh, ¿Estas bien? - le preguntó Óscar.
-Al frenar debió de respirar algo de gas - le dijo Antonio. Raquel se durmió. - Deberíais salir – dijo Antonio.
-Ya, es ella la que no quiere.
-Si... claro.
-Salta, salta... - decía Guille saltando.
-¿Quién nos iba a decir que caeríamos en una colchoneta gigante? - dijo Iván haciendo una voltereta.
-Ya eh – dijo Guille.
-¿Como bajamos?
-¿Resbalando?
-Si claaaro, ¿Tú has visto la altura que tiene esto?
-¿Y si usamos esta escalera? - dijo Guille mostrando una escalera de cuerda.
-También puede ser una buena opción.
-Oye... mira eso – dijo Guille señalando la espalda de Iván. Este se giró y vio una enorme nube de color blanco que pronto les envolvió.
-¿Qué cojones es esto?
-Tengo sueño... - dijo Guille durmiéndose. Iván no tardó nada en seguirle.
-Es de noche – preguntó Jimena. Alejandra miró su reloj y asintió con la cabeza.
-Yo no puedo dormir... - dijo Alex. Jimena estaba de acuerdo con la chica.
Pum... pum, pum... pum pum....
-¿Qué es eso? - preguntó Jimena.
-Pasos.. - contestó Alejandra.
-Pero... ¿Quién se ha levantado? - Las chicas se levantaron en silencio y se fueron hacia el final de la cueva. Allí vieron un pequeño bulto que estaba hurgando entre la comida.
-¡Eh! - gritó Jimena acercandose. La figura pareció asustarse pero no se alejó. Cuando la chica se acercó pudo ver el rostro de César, lleno de polvo y asustado. El chico al verla sonrió y se tiró a sus brazos.

miércoles, 13 de octubre de 2010

La moto de Carru parte 13.




-¿Ves algo? - preguntó Raquel.
-No - contestó Guille - Pero creo que estamos cerca de una salida porque hace algo de fresquillo.
-Oigo agua - dijo Iván. Siguieron caminando hasta una curva y al final pudieron ver un pequeño punto de luz. Siguieron avanzando hasta encontrarse en una enrome cámara iluminada por enormes focos.
-¿Qué cojones es esto? - preguntó Óscar.
-Una sala de torturas - dijo Guille despreocupado.
-Cállate imbécil - le contestó - Mirad, hay cámaras ahí.
-Se puede ver toda la casa, y el refugio, y el jardín y la habitación donde estabamos antes... Desde aquí se pueden seguir todos los movimientos de la casa.
-¿Esto es del payaso? - preguntó Raquel.
-Quién sabe... - dijo Guille acercandose a una pantalla.
-¿Te vas a comer la tele? - le dijo la chica.
-Calla joder que no veo de lejos. Oye ¡Mirad a los demás! - en la pantalla aparecía el resto del grupo. Corrían entre los pasillos del refugio cogiendo comida y provisiones.
Kevin iba el primero, seguido de Alberto, Dani, Jimena, Pablo, Kiara, Alejandra, Celia, Miriam, Andrea y Elena.
-¿Dónde irán? - preguntó Iván.
-No están todos - dijo Raquel. Observaron como el grupo corría fuera del refugio y una vez en el jardín abrían una trampilla bajo tierra que nunca habían visto. Era otro minirefugio que no aparecía en las cámaras.
-Genial, eso no lo sabíamos - dijo Óscar.
-Creo que nadie de nosotros los sabía - le respondió Guille.
-Cero que esto no es del payaso - les dijo Iván - el payaso no es más que una cara, algo que puede moverse por donde quiera, no creo que necesite cámaras. - Raquel sopeso esa idea.
-¿Insinuás pues, que hay alguien tras esto? ¿Alguien humano?
-Bueno desde luego, ese algo no creo que sea "no humano"
-¿El payaso no te parece "no humano"?
-El payaso no me parece nada, es más, podrían haber sido efectos especiales.
-¿Eres tonto? - le dijo Raquel - ¿Y las muerte? ¿Las deformidades? ¿Las enfermedades? ¿Todo eso es humano?
-No pero... no se vaya. Tienen más lógica.
-Cierto... - dijo Guille.
-Yo creo que no.
-No se cómo lo veis.... pero yo me quiero ir - dijo Óscar. Todos estaban de acuerdo en eso.
-Espera - dijo Guille cogiendo una escopeta. - Vamos a joderlo un poco - dijo Ofreciéndole la escopeta a Iván. Este, apuntando hacia una mesa de mandos disparó. El impacto fue más fuerte que de costumbre y casi pierde el equilibrio, el brazo se le quedó dormido y la escopeta se le cayó al suelo.
-Es.. una bala de verdad - dijo Raquel mirando la mesa que comenzaba a echar chispas.
-Corred - dijo Óscar echando a correr. Todos fueron detrás, salieron por una puerta y corrieron por pasillos bien iluminados, izquierda o derecha, da igual por donde fueran.
¡Pum!
-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhh! - gritó el chico con cara de pánico, tras haberse estrellado contra Óscar.
-¿Quién eres? - preguntó. El chico le miró, sin atreverse a hablar.
-A ver chorvo, que quién eres - le dijo Guillermin.
-Me, me, me llamo Antotonio.
-¿Antotonio?
-Aaantoonio - dijo el chico tartamudeando del pánico.
-Ah vale, Antonio.
-Estaba en una jaula pero... se abrió, se fue la electricidad... escapé - dijo con una leve sonrisa.
-Creo que ha sido el jirafa - dijo Guille miando a Iván. Este sonrió.
-¿Sabes salir de aquí? - Preguntó Raquel.
-¡No! ¡No podemos salir! - gritó levantando los brazos por encima de la cabeza. - Debemos quedarnos, matarle, quitarle su poder... o todos moriremos...
-¿Al payaso? ¿Cómo podemos hacer eso? - preguntó Óscar.
-Payaso no. Solo es una ilusión creada por el poder de su mente. La Mente es la mala... se alimenta de un cuerpo humano, hay que encontrar al traidor.
-¿Traidor? - preguntó Raquel.
-Yo creo que este tipo lleva demasiado tiempo en una jaula - dijo Guille. Antonio le miró.
-No, No, No... La Mente... fue un chico en su día y le rompieron el corazón... esa es nuestra teoría. Es especial, es mágico... Si vive de una persona normal, puede llegar a tener mucho poder. El payaso, la moto... solo son sus creaciones. Yo lo sé, yo llevo en esa jaula muuuuucho tiempo. La Mente necesita de una persona normal para que le ayude... esa persona se llama El traidor. Yo fui Traidor una vez, La Mente me prometió la libertad y yo la ayudé, maté a todos mis amigos... todos murieron. Hasta que después llegó otro grupo y yo fui encerrado. No hubo libertad. En ese grupo hubo otro traidor pero acabó muerto, y ahora... vosotros tenéis otro traidor. Una persona entre vosotros que ayuda a La Mente...
-Genial – dijo Óscar – vaya, que ahora no podemos fiarnos de nadie. - Raquel le miró. - ¡Eh! que yo no soy vaya.
-Tenemos que irnos... haremos dos grupos... buscaremos a La Mente y la mataremos.
-Siii claaaaaaaaaaaaaaro – dijo Raquel irónicamente – y vamos y os corréis encima de él ¿no?
-¡No! Solo el amor puede con ella.
-Um... vale ¿Sois gays? - preguntó Raquel mirando a Iván, Guille y Óscar. Estos la miraron atónitos - ¡Qué! Yo no estoy enamorada así que... si alguno de vosotros... en fin, dejadlo.
-Sí mejor, - dijo Guille. Y así Guille e Iván se fueron por un lado y Raquel, Óscar y Antonio por otro.

martes, 12 de octubre de 2010

Mi estancia en el hospital



Un antro... ¡buf! antes de ayer iba a caballo y tuve una caída tonta, tan tonta como estar dando una vuelta sin irme a ningún lado. Si hubiera ido de ruta o algo todavía, pero no, tuve que caerme a lo gilipollas. Iba sin estribos, a lo pancho, pensando en otras cosas, ¿quién me iba a decir que el caballo patinaría? tsk... será patoso.
Cayó encima de mi pie, ¡mi pie! prubitito... ahora mismo se está quejando ¬¬. Flipais el grito que pegó cuando le cayó el caballo encima xD, era como si estuvieran machacando huesos... y encima dolió, el por qué no me lo preguntéis. Siempre he pensado que el dolor es psicológico, y doy fe de ello, pero no se por qué, mi pie no estaba de acuerdo.
Es que es algo rebelde... nah pero bueno, en ese momento cogí aire y conté hasta diez. Si piensas en el dolor no duele tanto, lo primero que hice fue quitarme el playero... ¡Mi pie habia engordado! jajaja probe... no le gusta que haga gracias sobre él ¬¬ dice que no está en condiciones. En fin, nada más verlo supe que estaba roto, bueno principalmente porque estaba en una posición harto extraña. Vino el amigo de mi padre que me habia visto caer y me ayudó a levantarme.
-Creo que está roto - le dije.
-No lo creo - me contestó. Yo sabía que sí, tal vez no lo entendáis pero es que mi pie izquierdo no dejaba de repetirme ¡Estoy roto! ¡Estoy roto! claro, no lo decía con palabras, pero lo hacia de manera que yo lo entendía.
-Nah, quizás solo está desencajado, si no te estarías muriendo de dolores - siguió el chico. A ver... que no digo que no pudiera estar desencajado, pero creo que se sabe cuando esta roto y eso. Y claro, me levanté y quise posarlo, pero esque como ya he dicho es muy rebelde y me dijo que nanai de la china, que como había tenido un accidente que estaba de baja y ya no queria trabajar... vaya, que tuve que ir a la pata coja. Y bueno, vino mi padre y me dijo:
-Joder esto esta roto - y quiso tocarme el pie, pero claro, ahí estaba Señora mano, que acompaña en el sentimiento a Don pie y le dio un manotazo a mi padre para evitar que le tocara.
Y ya en el hospital... bueno lo que más moló era la silla la de ruedas xD probes... todos con cara de pena y dolor y yo por ahi por los pasillos: ruuun ruuun. En fin, si tanto les dolía pues que fingieran ¿o es que no saben que con esas caras amargan el día a los demás? Bah bueno, yo tuve que esperar poco, después me mandarona hacer radiografías y mi madre quería venir conmigo pero no la dejaron, esque es algo emparanoiada.¿ Y no va el médico y me gira el pie ahí como si no tuviera nada? A ver, vale que tenga que hacerme radiografias desde todos lo ángulos pero joder, que mi pie es muy tiquismiquis y no le gusta que le toquen...
en fin.. y depués otra vez en silla de ruedas y mi palante y patrás y palante y patrás, como molaba xDxD y mi madre llamando a todo el mundo ¬¬ si es que si hubiera tenido el número de un canal de TV habría llamado para que me sacaran por la tele.
Bueno y llega el médico. Mi pie hasta los cojones pero como veia que yo no le hacía caso se había resignado a seguir dandome la vara. Y yo tranquilizando a mi madre, le decía que no me dolía y eso, bueno porque era verdad, pero esque ella es muy así... pero bueno, entre eso y lo que dijera el médico se tranquilizaría. Y esque los médicos siempre que son cosas así algo graves le quitan importancia, o eso es lo que yo creo.
-Anda mamá que no es nada, ya verás como solo esta desencajado.
-¡Ay! como haya que operar... y como BLA BLA BLA - da igual que no le escuche, me se esas palabras de memoria. Entra el médico. Bien, ahora podrá decirle a mi madre que se tranquilice.
-Bueno, a ver... es grave, es la lesión más grave que puede sufrir en el pie - ¡bien! ahora fijo que mi madre dormirá tranquila... si esto fuera una serie de dibujos en ese momento habria tenido una cara fantasmal de color negro y una guadaña en la mano para cortarle el cuello al médico. Miré a mi pie.
"Hijo de puta, fijo que te descolocaste adrede..." pensé mirando a mi pie.
-Bueno, esperaremos un rato y después irás a quirófano - dijo el médico. Y en deiz minutos media Asturias ya sabía lo que me había pasado y es que mi madre es peor que una tarde de viejas en la peluquería.
En fin.. pasemos de eso. Voy directamente a cuando estaba en la habitación. Ah sí, tengo que comentar que no me quisieron dejar ver mi pie cuando me estaban operando... ¬¬ me lo enseñaron al final cuadno ya tenía las agujas clavadas y todo.
En fin... ese día dije a tres enfermeras diferentes que era vegetariana. La próxima vez me lo escribiré en la frente. ¿A que no sabési lo que me dieron de comer? ¡LOMO CON PATATAS Y CARNE GUISADA! y va la enfermera y me dice:
-¿Por qué no comes?
-Porque soy vegetariana y esto es carne.
-ah... - y se marcha y no me trae nada de comer... PUTA. al final mi hermana me subió un sandwich de queso (me arrepiento de comerlo) ¡¡estoy dispuesta a adelgazar cueste lo que cueste!!. En fin... después me pusieron a una vieja al lado, dios mío... está enferma de no se que de piedras en el riñón o algo así, probe... dame pena, pero a mi pie le cayó mal porque dice que él tiene que descansar... En fin... por la noche ronca, haace ruidos extraños, habla sola, se tira pedos y ¡esta noche intentó levantarse tres veces! que así no se puede dormir joder ¬¬. Encima no dejan de darle teleles... a ver, si tengo un hueso roto que me metan con los que tienen huesos rotos, ¡que no mezclen enfermos!.
Bueno, también tengo que decir que mis venas son MUY pequeñas... eso dijo el médico y espero que no fuera con doble sentido porque sus palabras fueron algo como:
-Tus conductos son muy pequeños y la aguja no entra bien... - En fin, que al poco la mano se me habia hinchado y me dolía pila y tuve que llamar a una enfermera para que me la quitara, ahora me la puso en la otra mano. Bueno, ayer de noche, pero hoy ya me duele.
También está las oleadas de calor, que me han dicho que es por la medicación pero SIII JAAAAAA, que a quién se le ocurre poner la calefacción, estoy con un camisón finísimo y llevo una sudada encima... Y ME DUELE EL PIE!! esque se me hincha... ¿sabéis por qué es? porque ayer me comí dos bombones. Vale.. puede que comiera unos cuantos más... ¡pero es que me los dejan al lado! y el pie me dice:
-¡No comas! ¡Adelgaza que eres una gorda! - si es que tiene razón el probe... bien lo sabrá él que es el que aguanta mi peso, normal que se quiera poner de baja...
Bueno pero debéis de saber que ya me traen menú vegetariano xD, pero no como porque como me dan pastillas y eso digo que no me entra la comida y me sienta mal... a ver si adelgazo de una puta vez ¬¬ y bueno... creo que me queda algo más pero no me doy cuenta.
Yo creo que la paisanina va a palmarla... xD jajaja Dios y ayer llegaron a entrar 9 personas en mi habitación :S jajaja ¡ah! y pa encima taba viendo una peli con carru y entra mi abuelo.
-¡Quién es este! - gritó, no es que quisiera gritar, es que esta medio sordo.
-Un amigo guelo... - y calló la boca xDxD Carru.. ya e sla segunda vez que nos pillan en una cama... xD que mal sonó eso jajajjaja
En fin, acabo de decirle a la enfermera que me de algo que tengo el pie muy hinchado ¬¬ solo me ha movido la cama... uy peor parece que funciona xD
Buaaaaa!! ayer tuve tres sedantes, me sacaron tres tubos de sangre de cada brazo (esta a punto de entrar mi guelo) y tres pastillas y buff... jajaja acaba de venir mi madre y ya me dice que coma, vino un amigo y me trajo bombones y mi tio pasteles de chocolate ¬¬ vaya dieta que voy a hacer así vaya.. solo de verlos me revuelvo. :S
Bueno os dejaré... VENID A VERME!! :(



Aqua!!