martes, 28 de septiembre de 2010

Mi vida eres tú... Derek



Ya soy feliz, ya te he encontrado, eres mi vida y mi único pecado. Hacía años que te estaba esperando, y pensaba que de mí ya te habías olvidado, esperé durante mucho tiempo pero nunca dudé de tu regreso. Eres el hombre que no existe, eres de los cuentos el príncipe. Cabello claro, reluce al viento, con ojos verdes, me quitas el aliento, ese cuerpo firme que yo nunca abracé, lo he deseado tantas veces que hasta enfermé.
Apenas era una niña cuando te conocí, pero supe en ese instante que mi vida estaba junto a ti. Me dije mil veces que dejara de soñar, que tú en alguien como yo no te ibas a fijar. Pero hablamos y desarrollamos una relación irrompible, yo era mimada, tú eras firme, yo era soñadora, tu prometedor, colgaste mi alma en una flecha y juraste hacerla volar.
Como niños tontos íbamos al bosque, queriendo vivir de nuevo en la Edad media, ser príncipe y yo princesa. Que inocente era, y sinceramente, esa inocencia nunca la perdí. Ya soy mujer, no te puedo mentir, al igual que tu hombre, es la manera de vivir. Pero nadie llenó mi corazón, al menos no tan hondo como tú lo hiciste, y es que nunca he contado ese día en que te fuiste, te dejé ir como un sueño, como una ilusión, nadie se creería que exististe un día. Crucé los dedos y me dije de esperar, juré que con otro nunca me iba a casar, pensaba hacerme tumba antes de volverte a ver hasta que un día... JODER.
Al principio eras un destello, alguien lejano a quién no conocía, te fuiste acercando y sonreías. Me pregunté si me conocerías, o por otra me confundirías. Pero al verte a mi lado, cuando dijiste una sola palabra: Hola. Esa simple palabra, supe que eras tú. Príncipe entre los príncipes, sueño entre los sueños, ¡tú! Que no puedo hablar de ti como un simple hombre porque eres el perfecto, el que nunca me miró mal, el que nunca se tomó a broma ninguna de mis palabras, delante del único que puedo ser yo misma.
Y es que no es un amor de adolescencia, ni un amor que se romperá porque la distancia siempre nos unirá. Me explicaste que me buscaste por que ya no vivía donde antes, es cierto y me encontraste, y ahora te vuelves a ir.
Todavía eres joven me dices, necesitas un trabajo, mucho dinero, porque no puedes mostrarte ante mi como un pordiosero y quiero que sepas que contigo iría debajo de un puente si hiciera falta, pero estoy de acuerdo. Por que sé que el día que decida ir contigo, perderé todo lo demás. No lo perderé, lo dejaré. Te lo prometí. Tú y yo cambiaremos el mundo, cambiaremos las normal, seremos el único cuento de hadas. Siempre te han rechazado por ser raro, pero es que pienso que especialmente para mí fuiste creado.
No quiero una rutina, un amor que acabe en costumbre, quiero un amor que nos haga ser tímidos día a día y vayamos descubriendo pequeños secretos, creando pieza por pieza un nuevo mundo.
Y aunque parezca raro, solo un día juntos hemos pasado después de tantos años, un primer abrazo y nada más... la verdad es que no me atrevía a tocar. Creo que aún recordamos aquella frase, ¿verdad?

“A la persona que de verdad amas no la tocarás” aunque solo tenga un día junto a ti después de muchos años, un día junto a ti antes de muchos otros años... eres demasiado puro para que yo te contamine.

Aunque créeme, entre esas sonrías, risas y lágrimas de felicidad, me habrías gustado hacerte una pregunta.

-¿Cuánto tardarás en volver?. Y no es que confíe en ti... Es que yo también quiero ser alguien de admirar cuando me vuelvas a encontrar.

Aqua!!            

No hay comentarios:

Publicar un comentario