domingo, 26 de septiembre de 2010

Una carta que nunca nadie leerá!!


¿Te acuerdas del día que todo empezó? Aquel día fue uno de los momentos más felices que recuerdo en los últimos años. La felicidad, en su máxima amplitud. Joder, si hubiese podido detener el tiempo aquel día para permanecer abrazada a ti toda mi existencia lo hubiese hecho. Juro que mil veces dije que no era posible, y esas mil veces me dijiste que lo era hasta que un día comencé a pensar en ti. En nosotros. En que era posible. Y empezamos algo que no terminamos de la manera que debería terminar. Jamás nadie entendió por qué yo afirmaba que siempre estaría contigo o que pasaría el resto de mi vida junto a ti. Ahora ya entiendo lo que querían decir. Hoy en día casi nadie ama de verdad, solo creen hacerlo, y por eso las parejas se resquebrajan al primer problema, algunas incluso están juntas solo porque eso está de moda, y no porque crean de verdad en ello. Pero estar contigo fue tan jodidamente maravilloso...Aunque creo que no tuvimos realmente conciencia de lo grande que era nuestro sentimiento, o al menos, lo grande que era el mío, tal vez era demasiado grande para que pudiésemos manejarlo. No supimos hacerlo y al final acabaste con el sentimiento más grande y bonito que he tenido nunca. Pero supongo que no es culpa tuya. Pero tampoco mía. Es de los dos. Tú me has hecho daño y yo acabé con tu paciencia. Y supongo que te hubiese gustado no romperme en añicos, aunque eso yo no puedo saberlo. . . ¿Pero fue la vida la que nos ha impedido estar juntos, o hemos sido uno de nosotros? sería más fácil culpar al destino, pero no es así. Hemos sido gilipollas desde que nos conocimos… Creo que tú debiste dejarme ir y creo que yo debí ser más fuerte y no querer mantenerte en mi vida, pero no me hacía a la idea de existir sin ti. No quería, no podía, te llevaba en la sangre, en cada poro de la piel y maldita sea, te llevo clavado en lo más profundo de mi alma.
No puedo evitar esbozar una triste sonrisa mientras las lágrimas acuden a mis ojos cuando pienso en ti. Tú siempre conseguías hacerme sonreír, hacerme feliz. A tu lado la felicidad no era una meta, sino un estilo de vida para mí. Si contigo era feliz, sin ti, siento un tremendo y horrible vacío, no más grande que la soledad y la decepción que inundan mi corazón. Aún hoy continúo viendo tus fotos, oyendo tu risa, escuchando tu voz; miro tus ojos, tu boca y pienso: “Sí, fuiste mío”. Yo puedo asumir que tus sentimientos hacia mi hayan cambiado, puedo aceptar que ames a otra como un día dijiste amarme a mí, pero no puedo aceptar la idea de que ya no sientas ni un mínimo cariño hacia mí, como si todo lo que hemos compartido hubiese sido un simple juego para ti, un entretenimiento, algo que se utiliza para pasar el rato y luego se olvida en un rincón… Porque no basta con saber que ya no me amas, sino que además has decidido que tampoco me quieres. Y por más que intento olvidarte no lo logro. Es curioso como cuando lo intento, el mundo entero se pone de acuerdo para que siga recordándote. Y por más que me empeño en cerrar los ojos, siempre hay algo en cualquier parte que hace que te mantengas en mi cabeza constantemente. Cuando creo que ya te olvidé, Zas. En el momento menos esperado, una palabra, un gesto, una imagen, lo que sea, hace que te recuerde y tengo que volver al principio. Llega un momento en el que la situación se torna insoportable y entonces es cuando decido hacer algo. Y hacer algo siempre significa olvidar. Obligarme a olvidar. Algo tan difícil como absurdo. Porque intentar olvidarte es recordarte de nuevo. Porque mientras más me obligo a olvidar, más pendiente estoy de la situación, más consciente soy del daño que los recuerdos me producen y en lugar de conseguir deshacerme de ellos, me aferro sin darme apenas cuenta. Así que no consigo nada. Hubiese dado cualquier cosa para que entraras en mi vida y no te fueses nunca. Hubiese luchado hasta mi último aliento para vivir esa vida que siempre soñamos vivir. Y no debería ser este el final, debería ser distinto, deberíamos al menos haber tenido la oportunidad de vivirnos el uno al otro. Deberíamos haber luchado más y mejor para intentarlo al menos. Pero ni siquiera quieres intentarlo. Y ya hemos perdido antes de haber empezado. Sin embargo, tú has tomado ya una decisión. La decisión más dolorosa que he tenido que soportar nunca. Y se supone que tengo que respetarla. Creo que hemos desperdiciado la vida que debimos tener y no tuvimos ni tendremos. Yo he dado todo cuanto tenía y ya no me queda más que dar. Siempre he estado ahí, siempre. Lo creas o no, nunca te he fallado, nunca te he mentido, siempre he intentando hacerte feliz, pero creo que no puedo ni debo seguir agarrándome a un recuerdo que con el paso de los días cada vez parece más lejano. Creo que no puedo esperar que pasen cosas imposibles, que de repente aparezca un milagro y tu vuelvas, porque aunque me cueste admitirlo, el pasado es simplemente pasado, simples cenizas. No puedo esperarte. No puedo seguir mirando por la ventana por si tú vuelves. Me gustaría dejar de quererte ¿sabes? Me gustaría que nunca hubieras aparecido en mi vida, desearía que no me hubieras hecho tan feliz y desearía que el reloj nunca se hubiera parado. Eres ese amor que solo ocurre una vez en la vida, esa persona que jamás podré olvidar, la única que consigue hacerme feliz con solo una mirada. Y no sabes lo que duele saber que no soy esa persona en la tuya.
Ahora espero que ya no estés enfadado como hace poco que me pedías que te dejara en paz, pero yo no lo hice porque no podía dejarte ir. Porque quería pensar que no querías dejarme ir al igual que yo no quería dejarte ir a ti. Sólo de pensar que no volveré a escuchar tu voz me muero otro poco, más si cabe. Sólo de pensar que ya me olvidaste, después de todo, me enferma, y pensar que no volveré a sentir nunca lo que siento por ti me hace más daño que el mismísimo adiós. Pero si no tienes el suficiente valor para luchar por estar juntos, supongo que tienes razón y es mejor terminar con esto para siempre, y si no puedo vivir una vida contigo, la verdad es que no la quiero, y ojala quisieras estar conmigo como yo quiero estar contigo, pero trataré de ser feliz sin ti. Te lo prometo.

Adiós, te habría querido para siempre.

Fuego

No hay comentarios:

Publicar un comentario