Este no era un día lluvioso, ni un día especial, ni un día en el que me rompieron el corazón y decidí plasmar mis sentimientos en papel. Miento, este día si que me rompieron el corazón pero eso fue después. Simplemente me aburría y decidí crearme el blog junto mi amiga Fuego, porque creemos que escribir es un arte magnífico para poder expresar todo. Espero que os guste. Aqua!!
lunes, 11 de octubre de 2010
La moto de Carru Parte 12.
¡Ya la tengo! - gritó Luisen.
-Celia ¡Quieta! - dijo Alberto intentando tirarla al suelo.
-¡No! ¡Mamá!¡Papá! ¡Ayuda por favor! - comenzó a llorar – Por favor.... - dijo Cayendo de rodillas. Alberto le sujetó los brazos y Luisen ayudó para que no pudiera irse de nuevo. Alejandra se acercó a ella.
-Celia, joder Celia, si te vas, todos morirán ¿entiendes? Tus padres, tus amigos, toda la gente que conozcas... después solo te quedará esto, nosotros... y volverás, volverás peor de como estas ahora. Volverás más muerta que viva ¿Lo comprendes? - Celia, con lágrimas y moqueando asintió con la cabeza.
-¡No están! - dijo Alex. Todos se giraron. Iván, Raquel y Óscar ya no estaban.
-¿Dónde están? - dijo Alejandra.
-¡Esto es mi culpa! - gritó Celia. Había empezado a gritar y a llorar como si le fuese la vida en ello. Su cuerpo empezó a temblar exageradamente.
-¡Celia! - dijo Alberto - ¡Eh! ¡Mírame!
-¿Qué le pasa? - dijo Alejandra histérica.
-¡Le está dando un ataque!
-¡El está aquí! ¡Vamos a morir! ¡Nos va a matar a todos! - gritaba Celia.
-¡Haz que calle! - dijo Luisen meneando a Alberto.
-¡Celia!
PASS
Alejandra le abofeteó la cara. Celia calló y se desmayó.
-Nos vamos – dijo Alberto.
-¿Y nuestros amigos? - preguntó Alejandro.
-En una guerra, siempre hay víctimas. Es demasiado tarde para buscarlos.
-¿Qué ha pasado? - preguntó Kevin.
-La puerta principal estaba abierta, ha querido irse corriendo y después le ha dado un ataque.
-¿Estaba abierta? ¿La puerta principal? ¿Y qué cojones hacemos aquí? ¡Vayámonos! - dijo Elena nerviosa.
-¿Y los demás? - preguntó Pablo.
-Han desaparecido.
-¿Qué? ¿Dónde? - preguntó Jimena. - Hemos seguido vuestros movimientos hasta que decidisteis ir al hórreo.
-Nosotros salimos detrás de Celia, los otros... no se que fue de ellos – dijo Luisen.
-Pero nosotros os hemos visto hasta entonces... Ellos no han vuelto a la casa, si han desaparecido ha sido por afuera – explicó Jimena.
-¿Insinúas que se han ido? - preguntó Alejandra. - Ido... ¿A casa? - Todo el mundo quedó en silencio.
-¡Sois gilipollas! - soltó Guille – Ellos nunca lo harían. Y se escuchó un enorme estruendo.
-¿Qué es eso? - preguntó Alejandra.
-Viene de la sala de cámaras – dijo Kevin. Y en seguida todos echaron a correr hacia allí.
-¡Tania! - gritó Alberto. Solo estaba su brazo, que había sido arrancado. Se arrodilló junto a él y comenzó a llorar.
-Todas las pantallas y las máquinas están rotas – dijo Kevin mirándolas.
-¡Luisen y Alex! - dijo Alejandra. Todos se giraron.
-Guille tampoco está – dijo Elena.
-El payaso está aquí – dijo Miriam. - ha sido él...
-Ya no estamos a salvo ni aquí – dijo Alejandra.
-Debemos irnos – dijo Kevin, ya no hay amor aquí dentro, ya no hay nada que nos defienda de ese payaso.
-Pero... todavía quedan Pablo y Kiara... todavía hay una pareja – dijo Andrea.
-¡Tenemos que irnos! - y los chicos echaron a correr, no sabían dónde, pero corrían.
Y mientras tanto, en una parte muy recóndita de la casa, dónde los chicos no habían puesto jamás un pie...
-Dios... mi cabeza – dijo Raquel levantándose.
-¿Te duele? - le preguntó Óscar.
-Sí.
-Eso es que te la golpeaste al caer – le contestó Iván.
-¿Dónde estamos? - preguntó la chica.
-En algún sitio, sabe Dios donde, aunque por suerte por ahora estamos vivos, y tampoco estamos solos – dijo Óscar señalando una esquina.
-Guille... - dijo Raquel – Bua, mi cabeza... - Pasaron quince minutos antes de que Guille pudiera levantarse.
-Tenemos que buscar una salida... - dijo Óscar
-Eso cae de cajón - le dijo Iván.
-Por aquí - dijo Guille palpando el suelo - acabo de pisar algo que suena a hueco.
-Ostias pues es verdad, Óscar, Raquel, ayudad a abrir esto.
-Vamos - dijo Óscar ofreciendo la mano a Raquel y ayudándola a levantarse.
-Gracias
-De nada - sonrió. Comenzaron a tirar entre todos y la placa se abrió y dio paso a un pasadillo oscuro, polvoroso y claustrofóbico.
-Creo que yo primero ¿no? - fijo Guille. Todos asintieron con la cabeza. Ayudándose de las manos para quitar las telas de araña, se introdujo por el agujero.
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