martes, 5 de octubre de 2010

La moto de Carru Parte 6



-Tranquilizaros – insistió Kevin.
-¡Tenéis a nuestros amigos encerrados en jaulas! - gritó Elena.
-Ostia puta.. - dijo Iván.
-Están ahí porque no sabemos si están enfermas.
-¿Enfermas de qué? - preguntó Óscar.
-A ver... el payaso, no sabemos exactamente lo que es, pero no es humano. A parte de alimentarse de sangre, también experimenta con humanos. Su último invento ha sido una moto maldita, con personalidad propia, creada con almas de víctimas y que necesita sangre como combustible.
-Si, y yo soy Mery Poppins – dijo Óscar.
-Cállate – le contestó Raquel - ¿Cómo puedes saber si están enfermas o no?
-Esperando.
-¿Por qué no las metéis en habitaciones?
-Porque es muy arriesgado, no sabemos que tipo de poder que podrían tener.
-¿Cuánto tiempo habría que esperar?
-Un par de días.
Volvieron a sus cuartos e intentaron dormir el resto de la noche, sin éxito. Por la mañana Jimena interrumpió en las habitaciones, dejándoles unos petos de color azul y diciéndoles que ya les estaban esperando en la sala principal.
-Yo no me pongo esto – dijo Elena de mala gana, tirando el peto al suelo.
-Creo que las sandalias no van a ayudarte mucho en el trabajo.. - dijo Jimena antes de desaparecer.
Llegaron a la sala central donde había varias personas. Tan solo algunas de ellas, que ya conocían, tenían un peto puesto: Alberto, Dani, Eva y Tania.
-¿Estáis listos? - preguntó Eva.
-¿Dónde vamos? - preguntó Luisen.
-Al exterior – y todos comenzaron a andar. Salieron por la puerta y ascendieron las escaleras. Llegaron de nuevo a la pequeña caseta que daba a la parte de atrás de la casa. Se veía un estanque, el cementerio y después todo tipo de herramientas abandonadas hace mucho tiempo.
-Bien, Elena, Miriam y Raquel venid con nosotros – dijo Alberto un instante antes de salir corriendo, seguido de Dani. Las tres chicas echaron a correr sin pensárselo y avanzaron en dirección al estanque.
-¿Dónde vamos? Preguntó Miriam.
-A por el payaso – respondió Alberto.
-¿Vamos a por el payaso? ¡Estáis locos! - gritó Raquel.
Dani la miró unos instantes pero enseguida reanudó la marcha. Entraron a la casa por la puerta trasera, despacio, intentando no hacer ruido y conteniendo la respiración.
-Vayamos al sótano – propuso Dani.
-Ahí estaba el cadáver – dijo Elena.
-Mejor. - y abrieron la puerta, descendieron las escaleras y llegaron a la puerta que daba directamente al sótano.
Cuando abrieron la puerta, un olor a putrefacción les produjo nauseas, Dani y Alberto entraron y se acercaron al cadáver. Había una cadena de una media moneda en su pecho y Alberto la cogió y se la guardó en el bolsillo.
-Sangre...
-¡Está aquí! - gritó Elena. Dani y Alberto se pusieron alerta.
-Vayámonos – y echaron a correr. Subieron al primer piso pero cuando llegaron a las escaleras tuvieron que frenar pues un río de sangre descendía por ellas.
-¡Joder! - gritó Miriam.
-¡Que no os toque la sangre! ¡si lo hace estáis perdidas! - gritó Dani retrocediendo.
-¡Viene por detrás! - gritó Elena. Alberto comenzó a reírse, se colocó entre los chicos y el payaso y disparó a este el líquido blanco que contenía la pistola. El payaso desapreció.
-Dios... - dijo Raquel.
-Volvamos antes de que vuelva a por nosotros – dijo Dani.
-¡Ah! ¡Mi pie! - gritó Elena. Una mano había surgido del suelo y le había agarrado el pie. Intentó tirar pero no hubo manera. Entonces el trozo de suelo donde se encontraba comenzó a elevarse y justo encima de ella el techo a descender y de él surgieron estacas puntiagudas que en cuanto llegaran a Elena, la atravesarían. - ¡Ayudadme! - lloraba intentando soltarse el pie. Dani cogió un cuchillo y atravesó la mano. El pie de Elena quedó libre y Dani, tirando de su brazo, consiguió ponerla a salvo. No dio tiempo a nada más pues todos echaron a correr.
Entraron a la caseta de nuevo y allí se encontraron con Eva, Óscar, Guille e Iván.
-¿Qué tal os ha ido? - preguntó Eva levantándose.
-Mal – dijo Daniel.
-¿Mal? ¿No habéis conseguido nada?
-Alberto consiguió u colgante de un cadáver, quizás Kevin averigüe de quién se trata pero... respecto al payaso, es más poderoso que antes, se nota que últimamente a comido más de la cuenta – dijo mirando con pena hacia las chicas.
-De puta madre... - dijo Eva irónicamente. - Tenemos que esperar al grupo de Jimena y Tania.
Y esperaron durante al menos un cuarto de hora, hasta que al final se distinguieron unas figuras atravesar el jardín a toda velocidad.
-¡Jimena! - gritó Eva - ¿Qué ha pasado? ¿Por qué tardasteis tanto?
-Es mucho más fuerte, hemos perdido a César.
-¿A César? - los chicos no daban crédito.
-Esto es una locura, vamos a morir todos – dijo Luisen
-Cállate – le dijo Eva.
Todos volvieron bajo tierra y una vez allí fueron recibidos por los demás. Alberto le dio la media moneda a Kevin quién, junto a Eva, se fue a analizarlo.
-Nosotros tenemos que hablar unas cosas – dijo Tania. Y todos los presentes allí se sentaron en la enorme mesa.
-¿Qué pasa ahora? - preguntó Óscar.
-Bueno – comenzó una chica de pelo negro – Como todos los que estamos aquí, vosotros también tenéis que llevar unas normas. Algunas carecen de sentido y otras son más lógicas y razonables, el caso es que hay que acatarlas sin protestar.
-¿Es esto una monarquía o qué? - dijo Guille.
-No, es supervivencia. Cuando llevéis más tiempo aquí comprenderéis cosas que, por ahora, carecen de sentido para vosotros. Por ejemplo, tenéis que saber que aquí hay que vivir por parejas...
-Sí, para follar nos habían dicho – soltó Miriam. Fue seguida de una serie de carcajadas por parte de sus compañeros.
-¿Qué clase de personas piensan en tener hijos con catorce años? - preguntó Luisen.
-No es del todo así, claro que tarde o temprano tendremos que tener hijos, pero todavía queda mucho para eso. Lo importante es hacer que todos los que vivamos aquí lo hagamos con una pareja pues así será muchos más fácil.
-Fácil ¿El qué? - preguntó Alejandro.
-Convivir.
-Es una tontería.
-Pero es un hecho – le respondió la chica.
-Bien, pues ¿qué se supone que tenemos que hacer?¿Elegir pareja aquí y ahora? - preguntó Óscar.
-No, claro que no, pero si que es cierto que los que tengan pareja tendrán muchos más privilegios que los que no tengan pareja. Por ejemplo y para empezar, una pistola.
-¿De esas que repelen al payaso? Preguntó Luisen.
-Exacto. Si queréis una, tenéis que conseguir pareja.
Y dicho eso se levantó. Todos los habitantes se fueron levantando, hablando de sus cosas y susurrando. Los chicos se quedaron sentados en las sillas un rato más.
-Lo que es un hecho es que todos aquí están locos – dijo Óscar.
-Y tienen a nuestras compañeras en jaulas – le respondió Raquel.
-Deberíamos sacar a nuestras compañeras y huir de aquí – dijo Elena.
-No, dijo que no podríamos huir sin poner en peligro a nuestras familias – Les dijo Luisen haciendo gestos con las manos.
-Si coniguieramos una de esas pistolas...
-O al menos el líquido que usan...
-Yo definitivamente quiero una – dijo Elena.
-Bien, pues entonces convence a alguno de estos para que sea tu pareja – dijo Raquel – a bueno, siempre tienes a Guille. - Elena giró al cara y evitó la mirada de Guille. Todos se extrañaron.
Cada uno marchó a su cuarto para vestirse y cambiarse hasta que Pablo pasó por las habitaciones avisando de que la comida estaba lista.
Pum pum
-¿Si? - preguntó Raquel antes de abrir a puerta de su cuarto. - Oh... Dani.
-¿Está Elena? - preguntó. La chica a oír su nombre se asomó. - Necesito hablar contigo – le dijo Dani ofreciéndole salir.
Los dos chicos se fueron, parecía que hablando de algo importante. Raquel y Miriam decidieron pasar por la sala de maniobras antes de ir a comer. Cuando entraron se encontraron a Eva y a Kevin con batas blancas y Andrea fuera de la jaula.
-¡Andrea! - gritó Miriam.
-¡Miri! - las chicas se fundieron en un abrazo y Kevin les explicó a las chicas que Andrea no estaba enferma, había despertado y conservaba la memoria. Signo de que se había salvado.
-¿Y el colgante? - preguntó Raquel.
-Pertenece a uno de nuestros antiguos compañeros... Su nombre era Marcelo.
-¿Marcelo? ¿Marcelo el gemelo? Desaparecieron hace un par de años, tras eso, sus padres y su hermano mayor se mudaron. Marcelo se había liado con mi hermana...
-Ese mismo. Vinieron junto con nosotros aquí.
-¡A comer! - avisó Pablo de nuevo.
Cuando Andrea entró en la sala todos se quedaron impresionados. No esperaban verla tan pronto. Mientras comían fueron explicándole un poco el discurso que habían tenido momentos antes y también los encuentro con el payaso. Entonces Dani y Elena entraron en la sala y todos se quedaron en silencio mirando hacia ellos.
-Dani y yo somos pareja – dijo Elena a la chica morena.
-¿Dani? - preguntó Guille – Dani ya tenía pareja, si no ¿Por qué tenía una escopeta? - Elena entró en su defensa.
-Por que su pareja murió, así está permitido.
-Genial... - y tras tirar el plato al suelo se machó.
Nadie habló sobre el tema. Esa noche Elena recogió sus cosas y se mudó a al habitación de Dani. El resto se reunió en la habitación de Luisen.
-Genial, ahora ya está con ellos, está loca – dijo.
-Tal vez deberíamos hacer todos lo mismo – propuso Iván.
-¿Juntarnos con alguien sin que nos guste solo porque sí? - le preguntó Raquel.
-Porque sí no, sería por una buena causa, pero yo estoy de acuerdo vaya... si no te mola alguien no es plan de hacerte su pareja, o novio o lo que sea...
-¿De verdad creéis que nunca vamos a salir de aquí? - preguntó Andrea.
-Yo creo que dicen la verdad – dijo Luisen.
-Y yo... - siguió Guille.

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